Luis Barragán: Rehacer nuestra industria musical

Luis Barragán: Rehacer nuestra industria musical

Luis Barragán @LuisBarraganJ

 

Despedimos el XX con una pujante industria cultural que, en su momento, exigió de redefiniciones y un decidido relanzamiento. Trotamos el nuevo siglo, con una quiebra parecida a la petrolera, excepto los líderes que, debidamente formados, sobre todo en valores y principios irremplazables, ejemplificados en el mundo musical, le dan soporte a nuestras mejores esperanzas.

El género académico y el popular, respaldados por una gestión pública y privada, supieron de un esplendor discográfico, promociones radiales y televisivas, o espectáculos en vivo que hoy abultan la nostalgia. Huelga comentar el escaso consumo cultural en aras de la supervivencia material, redondeando una deplorable calidad de vida, indispensable para afianzar una dictadura que dará paso a la inevitable transición que la deseamos libre y democrática.





La antigua e ineludible familiaridad con los cantantes, grupos o bandas populares, también se acercaba a los cultores y profesionales de la academia. Por más que no gustasen las notas barrocas, clásicas, neoclásicas, románticas, modernas o contemporáneas que inspiraban la dirección orquestal y las propias composiciones, Vicente Emilio Sojo, Juan Bautista Plaza, Evencio Castellano, Inocente Carreño, Israel Peña o Inocente Carreño, eran ampliamente conocidos o celebrados, incluyendo a críticos como Eduardo Lira Espejo o Rhazés Hernández López, por citar algunos nombres.

Después de explotada demagógicamente el Sistema Nacional de Orquestas por la dictadura de esta centuria, con la facilitación dispensada por José Antonio Abreu o Gustavo Dudamel, es necesario decirlo sin ambages, nos corresponde recuperarla y, junto a la insigne Orquesta Sinfónica de Venezuela, hoy sumergida, o las que municipalmente hayan sobrevivido, ensayar el camino de una reindustrialización que debe marcar la pauta para otros géneros y sectores culturales. Nada casual es la forzosa exportación de un talento musical que nos enorgullece, en la hora actual, respecto a ejecutantes, directores y compositores, como tampoco es nada casual que se haga sentir la voz de la rebeldía de nuestra admirada Gabriela Montero en el mundo.

En una economía abierta y competitiva, la reconstrucción musical de Venezuela y de la cultura que les inherente, existe una extraordinaria promesa. Así lo creemos en Vente Venezuela y en la Fracción Parlamentaria del 16 de Julio para un sector que no olvidamos, prestos a una transición para esta Tierra de Gracia.

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