Robert Carmona-Borjas: Existe un peligro inminente de generar desconfianza en la Comunidad Internacional

Robert Carmona-Borjas: Existe un peligro inminente de generar desconfianza en la Comunidad Internacional

Robert Carmona-Borjas / Archivo

 

 

 





La transición hacia la democracia exige seguridad y confianza tanto en el plano interno como ante la comunidad internacional, comentó el Profesor Robert Carmona-Borjas en entrevista exclusiva para La Patilla, al referirse a las primeras acciones del Gobierno del Presidente Encargado Juan Guaidó, marcado por designaciones diplomáticas no todas acertadas y escándalos como la toma de la Embajada en San José de Costa Rica.

No hay dudas que el nuevo gobierno debe generar confianza, lo que solo puede fundamentarse en su eficiencia, su seriedad, su honestidad, en el respeto de las reglas, en definitiva, en un accionar distinto al que hemos criticado los últimos veinte años, afirmó enfáticamente Carmona-Borjas, Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Arcadia en la ciudad de Washington, DC.

Lo que sucedió ayer en San José de Costa Rica, enciende las alarmas sobre las primeras decisiones del gobierno democrático de Juan Guaidó. Hay una enorme preocupación por las designaciones de representantes del Gobierno en el exterior, ante gobiernos que le han reconocido como el legítimo Presidente de Venezuela. A juicio del Prof. Carmona-Borjas los “representantes” designados no son Embajadores porque simplemente no pueden serlo. Las formas que establece el Derecho Diplomático, en vigor desde 1815, por lo menos, son rígidas y formales y deben respetarse y más ante el proceso de estas designaciones que constituyen un mero ejercicio político que busca la proyección internacional del nuevo gobierno y la necesidad de ocupar espacios internacionales, lo que se justifica y no una práctica diplomática en el sentido estricto de la expresión. No podrían saltarse reglas y procedimientos como la solicitud del Plácet, el Agreement o acuerdo del estado receptor y la confidencialidad de este proceso.

En la opinión del estratega político Carmona-Borjas, aparte de Humberto Calderón Berti, ex Canciller y ex Ministro y Presidente de PDVSA, de reconocida trayectoria; de Orlando Viera-Blanco, politólogo y activista de Derechos Humanos; María Teresa Romero, profesora universitaria y analista de relaciones internacionales; María Alejandra Aristeguieta, funcionario de Carrera del Servicio Exterior y activista de Derechos Humanos y Enrique Ter Horst, ex diplomático y ex funcionario de Naciones Unidas, los otros designados no llenarían los requisitos mínimos exigidos.

Intentar ocupar espacios, en opinión de Carmona-Borjas, no puede significar el reparto de cuotas de poder, la distribución de un botín. Sería un gran error y eso lo hemos criticado siempre, sería como regresar a las estructuras y formas superadas y perversas de ejercer el poder. Si en el país estamos atentos a este cambio que estamos convencidos es para bien, en el exterior hay una expectativa aún muchísimo más grande, para que los pasos que se den finalmente sean los correctos y en la dirección indicada.

Hay que hacerlo con inteligencia, con eficiencia, transparencia y con la mejor gente, insiste Carmona-Borjas quien considera que no podemos equivocarnos en estos momentos. Hay una enorme expectativa dentro y fuera a la que el nuevo Gobierno del Presidente (E) Juan Guaidó debe responder y eso lo esperamos todos y es por ellos que debemos acompañar sus primeros pasos, indicando si fuere necesario críticas constructivas necesarias para enderezar cualquier torcedura o desvío que puedan plantearse en este inicio tan esperado.

Se trata de trabajar juntos, de apoyar al Presidente (E) Juan Guaidó y el cambio que todos queremos. No de compartir como en las viejas épocas, el dominio de las élites partidistas y el reparto del poder, sin considerar los intereses nacionales.

Se han designado representantes que erróneamente, insisto, se les llama Embajadores, pero que realmente no lo son, dice el Prof. Carmona-Borjas, catedrático en Ciencia Política quien ha formado estudiantes en la Universidad Simón Bolívar en Venezuela y en Georgetown, George Washington y American University en la Capital de Estados Unidos, por más de 25 años. Agrega que, para completar el mal, han nombrado “embajadores” en países donde no se designan embajadores tales como en Andorra y Malta, por ejemplo. En Luxemburgo, en donde Venezuela tiene un Embajador concurrente con sede en Bruselas; en Dinamarca y en Suecia, en donde no hay por ahora Embajadas por cuanto el régimen de Maduro decidió cerrarlas hace tiempo, sin embargo, se han hecho designaciones que, sin entrar en apreciaciones subjetivas, éstas están totalmente divorciadas de la realidad.

En mi opinión, dice Carmona-Borjas, estas designaciones, aunque sean transitorias no son las más acertadas. Se necesitan interlocutores válidos y serios para relacionarnos con los gobiernos europeos. En Austria (Gobierno/Naciones Unidas) y en Bruselas (Gobierno/UE) sin duda deben designarse funcionarios experimentados, relacionados con el multilateralismo, así como en Países Bajos, en donde funcionan la Corte Internacional de Justicia ante la cual debemos ejercer acciones muy concretas, con plazos ya establecidos, el 18 de abril próximo; y la Corte Penal Internacional, diplomáticos especializados en esas áreas.

No se ha tomado en cuenta para nada la experiencia de Embajadores de Carrera que desde hace años en Venezuela y en el exterior han hecho una tarea impecable propia de los profesionales de la diplomacia. Es a ellos a los que debe recurrir el nuevo Gobierno para crear la imagen que necesita ahora, una imagen de seriedad, de buenas intenciones, de haber escogido el camino correcto para superar los vicios a los que nos tenía acostumbrado la tiranía.

No quiero ser un critico destructor. Todo lo contrario, por favor, quiero más bien expresar un comentario sano pues todos queremos que Juan Guaidó, el Presidente Interino de Venezuela, inicie y ejerza sus funciones de la mejor manera, para que con ello se garantice a todos y más afuera, que estamos haciendo lo correcto, para que tengan confianza en nosotros. Si queremos que no haya vuelta atrás y que revivamos un lamentable y triste 13 de Abril de 2002, debemos hacer las cosas bien y Juan Guaidó tiene todo para hacerlo.

Ojalá quienes le acompañen desde los partidos que le apoyan, desde la Asamblea Nacional, desde todos los espacios políticos y sociales del país, insiste Carmona-Borjas, le ayuden de verdad y dejen de una vez por todas de lado la odiosa práctica de las prebendas políticas, de la partidización, del amiguismo que todos sabemos promueve la corrupción que tanto daño nos ha hecho.

En Venezuela se ha producido un cambio importante que se debe principalmente a la acción y al respaldo de la comunidad internacional que se ha jugado todo por el todo, a la OEA y al doctor Luis Almagro, a los exPresidentes de la región, en fin, a la comunidad internacional en su conjunto, ante la cual debemos responder. Tenemos una seria responsabilidad que es mostrar al mundo que lo que estamos haciendo está bien, que es lo correcto y que no hay vuelta atrás. Eso es lo que esperan todos aquellos que han dejado todo por nosotros, que han luchado más que nosotros mismos para obtener lo que pronto tendremos, nuestra libertad.

Al decir de Carmona-Borjas, a titulo de conclusión, tenemos todos una enorme responsabilidad compartida que no podemos adjudicarle solo a un hombre, a Juan Guaidó; es algo que nos pertenece a todos y por ello debemos estar claros en nuestras acciones y en nuestros aciertos y si hay errores, debemos tener la gallardía y la honestidad de corregirlos sin complejos.