Junto al chavismo y los grupos terroristas Hamás y Hezbolá: ¿Se cierne la sombra del “yihadismo” en Venezuela?

Si bien el termino “yihad” es un concepto del Islam que representa una obligación religiosa de los musulmanes, el “yihadismo” es el neologismo para denominar a ciertas sectas radicales dentro del Islam político; caracterizadas por la frecuente y brutal utilización del terrorismo. Sus actuaciones y métodos no violentos, tienen como objetivo aumentar el número de simpatizantes mediante el proselitismo actuando dentro del campo ideológico promoviendo partidos políticos u organizaciones para el desarrollo.

La más reciente muestra de la presencia intelectual en el chavismo de estos grupos radicales, a quienes los Estados Unidos y gran parte de los países occidentales los califican como grupos terroristas, es el uso de una bufanda del grupo Hamás por parte de la funcionaria de Maduro, Delcy Eloina Rodríguez, en donde lanzó una nueva amenaza este domingo tras los ataques realizados por el régimen de Maduro para impedir el ingreso de la ayuda humanitaria desde la frontera con Cúcuta. “Ayer (sábado) solamente vieron un pedacito de lo que nosotros estamos dispuestos a hacer”, afirmó.





La organización terrorista Hamás saltó en defensa de Nicolás Maduro luego de que el presidente encargado Juan Guaidó tomara juramento el pasado 23 de enero. “El intento de Estados Unidos de organizar un golpe de estado es una continuación” de su “política agresiva”, aseguró Hamás, que añadió que el país norteamericano “viola los principios democráticos y la libre voluntad de los pueblos”, y “su comportamiento supone una amenaza para la seguridad y la estabilidad del mundo”, expresó Hamás en un comunicado.

Miembros palestinos de las Brigadas al-Qassam, el brazo armado del movimiento Hamás.

Por su parte, el Hezbolá, una entidad libanesa fundada por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní y que es financiada por Irán, es considerada por Washington y otros países como una organización terrorista y en reiteradas ocasiones han denunciado su presencia en Venezuela de la mano del chavismo.

Ciudadanos de Irán y de otros países de Oriente Medio, algunos de ellos vinculados con organizaciones terroristas como el Hezbolá y Hamás, han tratado de ingresar a Canadá portando documentos de Venezuela, país que en los últimos años se ha convertido en un importante trampolín de estos individuos para ingresar a Norteamérica, revelaba El Nuevo Herald en septiembre del 2014, citando un informe de seguridad de la Casa Blanca.

Venezuela recibe a migrantes de Hezbolá quienes obtienen documentos falsos para que puedan desplazarse por el resto de los países de las Américas. “Se ha convertido en un refugio seguro para Hezbolá. Han confiado en Venezuela bastante para incrementar su presencia en el hemisferio occidental”, sostuvo la ONG Centro para la Sociedad Libre y Segura en su denuncia ante el Congreso estadounidense, de abril del 2018.

Los Estados Unidos ya han sancionado a individuos con pasaportes venezolanos que están profundamente ligados a empresas que financian al Hezbolá. Tal es el caso de Jihad Muhammad Qansu, Ghazi Nasr al-Din del Psuv y Kan’an Fawzi Mustafá, residenciado en La Urbina, Caracas.

El régimen chavista y el de Irán encontraron una causa en común, la lucha contra “el demonio estadounidense”. Forjaron una amistad casi inseparable desde que el caudillo venezolano Hugo Chávez conoció a Mahmoud Ahmadineyad, entonces alcalde de Teherán y luego de 2005 presidente iraní. Chávez viajó una docena de veces para visitar el país centro-asiático. El iraní estuvo seis veces en Caracas. Ya en el nuevo siglo, Chávez hizo una desafiante gira por Libia, Irán e Irak -de Bagdad, hay una famosa foto de Saddam Hussein manejando su Mercedes Benz con el comandante venezolano en el asiento del acompañante-.

Irán empieza a moverse y a trabajar en ese sentido sobre todo en la parte cultural, desembarca en Argentina, reabre su embajada. Y construye puentes con toda Latinoamérica. Con los países “bolivarianos” (Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador), obviamente, encontró mayor afinidad con los gobiernos socialistas en su retórica anti estadounidense, revela un extenso reportaje publicado en Infobae: Hezbollah en la Triple Frontera: Los predicadores que llegan a Venezuela en los vuelos de “Aeroterror”.

 

¿Se cierne la sombra del “yihadismo” en Venezuela?

 

 
Los acontecimientos de este sábado 23 de febrero en la frontera colombo-venezolana, donde se comenzó el ingreso de ayuda humanitaria, levantan un polvorín de preguntas.

El ataque a camiones con comida a manos de organismos represores del régimen de Nicolás Maduro, así como también la muerte indiscriminada de ciudadanos venezolanos a manos de moviemientos irregulares nacionales conocidos como “colectivos” en las poblaciones de Santa Elena de Uairén, San Antonio del táchira y en el puente de Ureña parecen estar acorde con las tácticas de choque de estos grupos irregulares en el Oriente Medio.

En el espacio de un año, el régimen bolivariano otorgó ilegalmente al menos 10,000 pasaportes venezolanos y otros documentos a ciudadanos de Siria, Irán y de otros países del Medio Oriente. La operación de tráfico humano pudo haber durado mucho más de un año, lo que significa que el número de individuos del Medio Oriente con documentación venezolana irregular podría también ser mucho mayor, advirtió el coronel Vladimir Medrano Rengifo, ex director general de la Oficina de Identificación, Migración y Extranjería de Venezuela.

“Podrían haber sido 20,000 o 25,000 personas que ingresaron en este período”, dijo Medrano Rengifo en una entrevista con el Nuevo Herald, con lo que no se descarta que las células estén activas en el territorio nacional.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, afirmó que existen células terroristas activas del Hezbolá en Venezuela, durante una entrevista en el programa Fox Business de la cadena Fox a la periodista Trish Regan.

Pompeo aseveró que los Estados Unidos están en la obligación de acabar con ese potencial riesgo a su seguridad nacional.

El Gobierno de Estados Unidos ha evidenciado constantemente su preocupación por la presencia del grupo insurgente colombiano el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la organización islámica Hezbolá en el territorio venezolano.

Queda para el debate. ¿Está Venezuela a las puertas de un conflicto que va más allá de la codicia del chavismo por mantener el poder? ¿Es el destape de una operación mundial de irregulares islamitas a las puertas de los Estados Unidos?

Las cartas están sobre la mesa.