El teniente oriundo del Furrial utilizó su creatividad y equipo para intentar opacar la dura realidad que están viviendo los pobladores, en especial los pemones y todos aquellos que hacen vida en el sur del estado Bolívar.
Jugando a ser productor de televisión el militar golpista de (1982), realizó su pregira y la convocatoria de extras para hacer creer mediante “la magia de la televisión”, que desde el puesto fronterizo entre Brasil y Venezuela todo ha vuelto a la normalidad.
Dentro de los espectadores figuran los mal llamados colectivos, guardias nacionales y funcionarios de la DGCIM, quienes por cierto están bajo la dirección artística del general Granko Arteaga.
La producción audiovisual grabada este martes que se filtró, tiene prevista ser trasmitida este miércoles como “en vivo” o “de la mañana de este miércoles”, para que el ancla teniente dentro de su espacio televisivo en preaviso, refleje que en vez de represión, lo que hubo fue “un show mediático financiado por los Estados Unidos y dirigido por la oposición”, y no la coacción a nativos de esas tierras. Sin embargo, el libreto puede cambiar.
Para coordinar la asistencia al set de exteriores, se dispuso de múltiples cajas clap, e inclusive algunos televisores para poder filmar un recorrido en el que los extras coreaban “no quiero show, ni comiquita, a la frontera la tomamos los chavistas” (bis).
El elenco de la prole, se aprecia trotando mientras desde un vehículo en movimiento se va haciendo un “dolly shot”, (cámara está montada sobre el vehículo) registrando una toma de un plano general.
Mientras estos ocurre, hay una realidad que es la que padecen los pemones, no solamente las amenazas en contra de su integridad, de sus bienes y familia, sino la aplicación de una justicia a conveniencia. El alcalde de la Gran Sabana se encuentra en la clandestinidad, del lado de Boa Vista se tienen reportes de heridos, aborígenes desplazados, que solo esperan “Ariwonnoto” que significa “LIBERTAD” en idioma pemón.
Las comunidades de Pacaraima y Akurima se mantienen en tensión ya que muchas víctimas no han podido hacer sus denuncias por temor a represalias. Ni si quiera se sabe el parte oficial de aquellos que han fallecido, aun cuando representantes de todos los órganos que tienen que ver con el proceso de investigación penal están en la zona.