Konzapata: La otra masacre de Aristóbulo Istúriz en Santa Elena de Uairén

Konzapata: La otra masacre de Aristóbulo Istúriz en Santa Elena de Uairén

Aristóbulo Istúriz se inventa un relato de paz. / Twitter: @ViceSocialT

 

Aristóbulo istúriz fue a Santa Elena de Uairén a hablar de paz. Yo estuve ahí, dijo. Confundido con la gente. Con el pueblo. Con los estudiantes. Con los trabajadores de Guayana. Hay paz en la frontera de Brasil. La verdad es que la paz de Aristóbulo Istúriz es de mentira. Es de propaganda. Peor. Es la de aquellos que intentan ocultar la tragedia. Una masacre. La represión. Así lo reseña konzapata.com

Por Juan Carlos Zapata





¿Se puede decir? Comandante Aristóbulo. El civil convertido en otra cosa. El dirigente civil que asume los códigos de un régimen que le da prioridad a la violencia, a la guerra. Aristóbulo Istúriz, que criticó alguna vez los excesos de Hugo Chávez, se transforma en ficha clave y principal de un régimen que reprime, mata y tortura, y esto no es exceso. Vueltas de la historia. De los hombres en el poder. Transmutados. Reconvertidos. Hablaba de democracia y paz. Ahora justifica la dictadura y lo que ella representa. Sabe Aristóbulo Istúriz quiénes reprimieron y mataron en lo que se conocerá como la masacre de Santa Elena de Uairén.

Nuestra alta fuente militar lo decía en la entrevista que le hicimos la semana pasada. En el régimen los ministros y altos funcionarios del poder forman parcelas. Los hay más radicales y menos radicales. Los hechos del fin de semana, del 23 de Febrero, confirman de qué lado se apuntan, por ejemplo, Iris Varela, Freddy Bernal y Diosdado cabello. En esta línea aparece Aristóbulo Istúriz. Con un discurso de paz –fórmula habitual del chavismo-. En realidad lo que hace es manipular. En realidad quiere tapar. Pretende ocultar lo que ocurrió en Santa Elena de Uiarén.

La gente lo vio todo. La gente grabó videos. Los diputados que se desplazaron hasta la frontera con Brasil fueron testigos. Y tuvieron que correr. Y ser protegidos por miembros de la etnia pemón. Y refugiarse en casas de la dirigencia política o de ciudadanos sin militancia pero opuestos al régimen. Cambiaron de casas. Cambiaron de refugio. Aquello, señalan los testigos, fue una verdadera guerra. Pero una guerra de un lado armado contra el otro. Del lado del régimen de Nicolás Maduro, del lado que defiende Aristóbulo Istúriz, contra los pemones, contra los “criollos”, negros, blancos, mestizos. El régimen no reparó en colores.

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