Carta abierta a Vladimir, por Tamara Suju Roa

Carta abierta a Vladimir, por Tamara Suju Roa

Y te llamo Vladimir, así, sin rangos, sin protocolo, porque desde hace mucho tiempo, en especial, desde que eres el vocero del Tirano Nicolás ante la Fuerza Armada Nacional, y sucumbiste a lineamientos del régimen castrista, perdiste cualquier tipo de respeto que como civil, cualquiera pudiera tenerte.

Hoy, quiero decirte, que cuando decidiste violar nuestra Carta Magna, la Constitución Nacional, que te mandaba a ser garante de su letra a través de su Artículo 328, dejaste de ser un oficial de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela, para ser un miliciano más de las fuerzas represivas del Tirano. Para recordarte el mandato que te da la Constitución, te copio el articulo 328: “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”.





Cada vez que te escucho decir: “Chávez vive, la lucha sigue”, “Independencia y patria socialista” , “leales siempre, traidores nunca” y “venceremos”, me da vergüenza como venezolana contemplar como han desvirtuado los principios y valores de esa Institución para ponerla al servicio del Narco Tirano y del régimen cubano y así mantener al sistema más criminal que ha tenido Venezuela en su historia moderna, con las bayonetas que deberían defender a los ciudadanos de las agresiones foráneas, si, vuelvo a repetirlo, agresiones foráneas, aquellas perpetradas por el régimen castrista en nuestro territorio.

Dices que la Fuerza Armada Nacional es heredera de Bolívar, Zamora y Chávez, y yo te respondo, que el ejercito libertador de Simón Bolívar luchó para que Venezuela y 4 países latinoamericanos fueran independientes y libres. Tu comandante eterno, muy al contrario, permitió la entrada de representantes de la dictadura castrista en nuestro país, quienes, entre otras cosas, se apoderaron de lo más vulnerable que tiene una nación, que es el Registro de Identificación Nacional, es decir, Chávez puso en sus manos de los cubanos la vida plena de cada uno de nosotros. ¿Mas traición a la Patria que esto?

En cuanto a ti, a lo que directamente te atañe como traidor, como cómplice de los más atroces crímenes, como inductor de la gran tragedia que vive nuestro país, están los gritos del silencio de los asesinados, de los desaparecidos, de los detenidos y torturados, de los violados y abusados por oficiales de esa Fuerza Armada, crímenes en donde tu responsabilidad directa esta en la inducción, en la omisión y en la complicidad al reconocer y premiar a aquellos que los ejecutaron.

Tan traidor eres, que tu silencio ante el encarcelamiento y torturas de tus compañeros de armas, es tu propia confesión. No se necesitan más pruebas de tu traición al juramento el día que te graduaste en la Academia Militar, aquella cuyo lema reza “la casa de los sueños azules” y a la que Chávez transformó en la escuela ideológica de penetración del castrocomunismo . Pero hay más, hay muchas más pruebas de tu traición.

Los cubanos Vladimir…los cubanos que mantienen tú y Remigio Ceballos dentro del Ministerio de la Defensa, para alinear las órdenes de control social, de contención del malestar y de la represión en todo el país. Órdenes que son ejecutadas a través de los Zodi y los Redi. Pero no conforme con esto, están los centros clandestinos de torturas, donde venezolanos están siendo victimas de este Crimen de Lesa Humanidad. Tú lo sabes, yo lo sé. Y la Corte Penal Internacional también lo sabe y no con palabras vacías ni noticias “Fake News”. Los isleños se han atrevido a torturar y planificar la represión sistemática de nuestros compatriotas, de tus compañeros de armas, con tu anuencia. ¡Traidor!

Y para finalizar y como tapa del frasco de tu vergüenza Vladimir, el ataque vil contra un pueblo que clama por comida y medicinas. Un pueblo que muere de hambre y cuyos niños, jóvenes y ancianos esta desnutrido, y enfermos que mueren sufriendo sin tratamientos. Ante tus ojos, la actuación de organismos de inteligencia, de oficiales de la Fuerza Armada, de paramilitares del régimen, de presos comunes, de criminales de cañería importados, usados todos para reprimir a la gente que se aglomeró en dos fronteras con la esperanza de que insumos entraran al país. Cobarde fue el asesinato, la detención y el desplazamiento forzado de nuestros indígenas. Cobarde disparar contra jóvenes, mujeres y hombres que acompañaban el clamor de toda Venezuela de que entraran los insumos, y así, abrir el canal humanitario que tanto necesita la gente para que llegue la ayuda que les garantice la vida. Cobarde tu silencio y tu actuación.

Las victimas, y las familias de aquellos que ya no están, te recordarán siempre Vladimir. Algún día esas lágrimas que pudieran ser esas gotas de agua que caen por las rocas del Auyantepuy, hoy, símbolo de la lucha que se libró en ese Municipio por la dignidad de un pueblo que clamaba para aliviar su hambre y sus necesidades básicas, y cuyos muertos del 22 y el 23 de Febrero todavía no han sido enterrados, te cobrarán tu silencio. La Justicia tarda pero llega Vladimir.

“Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía”. Simón Bolívar.