Golpe mortal a hospitales por apagón: Morgue de Bello Monte no puede recibir más cadáveres

Foto: EFE/RAYNER PEÑA

Marielsi Aray tenía 25 años. Murió la madrugada de este viernes luego de que los equipos que la mantenían respirando en el Hospital Universitario de Caracas se detuvieron por un apagón generalizado, que agravó una situación sanitaria ya crítica por la falta de insumos y medicamentos.

Su tío, José Lugo, llora afuera del edificio de once pisos mientras espera que le entreguen el cuerpo. “Los médicos trataron de reanimarla de forma manual, pero se descompensó y murió a las dos de la madrugada”, dijo a la AFP.

Para entonces, sumaban ocho horas de apagón en casi toda Venezuela, el más grave registrado hasta ahora en un país donde son frecuentes los cortes de luz, que el gobierno de Nicolás Maduro achaca a una “guerra eléctrica”, mientras que expertos los atribuyen a falta de mantenimiento e inversiones en la infraestructura.





Desde el momento en que se fue la electricidad fallaron las máquinas de respiración asistida de la unidad de cuidados intensivos donde Marielsi fue ingresada por una infección.

“Los médicos trataron de ayudarla bombeando de forma manual, ellos hicieron todo lo que pudieron, pero con esta falta de electricidad ¿cómo hacen ellos? Su novio y varios amigos la bajaron por las escaleras en la camilla” ante la falta de ascensores, contó Lugo.

A las afueras del Hospital Universitario, donde el pasado 12 de enero murieron dos pacientes también durante un apagón, Gisela Cote espera noticias de su hermana ingresada en la emergencia desde la mañana.

“Ella sufre de mieloma (un tipo de cáncer en los huesos) y tuvo muchos dolores por la noche, pero no la pudimos llevar al hospital por el apagón, por eso tuvimos que esperar que amaneciera”, relató Cote, habitante de Petare, la favela más grande de Venezuela.

– Alumbrando con celulares –

El hospital infantil J.M de los Ríos, ubicado en el centro de Caracas, quedó en penumbras poco antes del anochecer del jueves. La planta eléctrica que debería activarse no funcionó, denunció Gilberto Altuvez, padre de un niño de 8 años hospitalizado allí desde enero.

“La noche fue fatal, sin luz, sin nada”, relató a la AFP ante la edificación. “El hospital quedó a oscuras, era algo insólito, una locura total”.

Posteriormente, añadió, llevaron otras plantas para levantar el suministro del hospital, que alberga a más de 160 niños con diferentes enfermedades, la mayoría crónicas. “Pero ninguna logró abastecerlo por completo”, remarcó Altuvez, de 38 años.

Emilse Arellano teme por la vida del menor de sus cinco hijos, quien debía ser dializado este viernes. “Hay servicios que son caóticos, en otros como nefrología el suministro está más estable”, afirmó.

Durante la noche fue necesario alumbrar con teléfonos celulares. “Los niños estaban muy asustados”, contó.

“Mi hijo necesita diálisis urgente, él no orina y se recarga de líquido muy rápido y le cuesta para respirar. Han traído cuatro plantas, de estas arrancó una sola y no abastece a todo el hospital”.

– “No podemos recibir más cadáveres” –

Un olor putrefacto impregna la entrada de la morgue de Bello Monte, la más grande de Caracas, donde un puñado de personas espera la entrega de los cuerpos de sus familiares. Muchos temen que la contaminación se extienda debido a la cantidad de horas sin refrigeración.

“No podemos recibir más cadáveres”, comentó uno de los empleados en condición de anonimato. Al menos 20 cuerpos ingresaron en las últimas horas.

El gobierno de Maduro, bajo cuya gestión Venezuela cayó en la peor crisis de su historia contemporánea, afirmó que el apagón fue el resultado de un “ataque de gran envergadura” a la hidroeléctrica Guri, que abastece a un 75% del país.

El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, aseguró mientras recorría Caracas en un jeep militar que el país “está en calma”, en tanto el opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países, subrayó que “no puede ser normal que el 50% de los hospitales no tenga planta eléctrica y que el otro 50% apenas pueda operar en esta emergencia”.

“Este es el segundo día que paso aquí y ahora no hay luz, si no me entregan el cuerpo de mi hijo hoy lo dejo y que se pudra aquí, en el cementerio se va a pudrir igualito. Lo dejo aquí y no vengo más”, dijo resignado Luis Moisés Guerra, padre de Johan, muerto a balazos hace tres días.

Por Margioni BERMÚDEZ / AFP