Sed, oscuridad e incertidumbre: venezolanos no se recuperan tras apagones

Sed, oscuridad e incertidumbre: venezolanos no se recuperan tras apagones

Foto: Erick S. Mayora

 

Los rayos del sol calientan las calles caraqueñas y empegostan la piel de los transeúntes, el mismo sol que desde hace semanas se ha convertido en la principal fuente de luz de todos los venezolanos, quienes se aferran a él durante el día para después sumirse en el frío y en la oscuridad de una noche que se muestra interminable, incierta.

Por GÉNESIS HERRERA / El Nacional





Es miércoles, la semana aún no ha llegado a su final, pero trajo consigo un nuevo desafío que el país debe afrontar: las secuelas de un segundo apagón que afecta al menos a 19 estados.

La oscuridad no llega sola, aparece junto con el silencio de una ciudad que se observa adormecida y atormentada por las dificultades que parecen haber convertido la injusticia en cotidianidad y la desesperación en estado recurrente.

En la calle 13 de Lomas del Ávila, en Caracas, se escuchan silbidos, gritos y el ruido de una carretilla que va y viene. Una abertura en el suelo representa para muchos la solución de uno de los problemas más graves que llegan junto con las fallas en el servicio eléctrico: la falta de agua.

“No queremos a Maduro, no queremos a Guaidó, lo único que queremos es vivir bien”, grita un hombre a lo lejos. Nadie lo cuestiona, pero nadie le da la razón.

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