Entre bandas criminales, apatía y amenazas con los Clap se hace política en Ocumare del Tuy

Entre bandas criminales, apatía y amenazas con los Clap se hace política en Ocumare del Tuy

Asamblea de ciudadanos en Ocumare del Tuy. Foto: Sebastián García Inojosa

 

 

 

A menos de 70 kilómetros de la capital del país, la ciudad mirandina existe con sus problemas particulares, los cuales también marcan la ruta que se debe seguir a la hora de hacer política ahí, publica Crónica Uno.

Por Héctor Antolínez @hectorantolinez

Ocumare del Tuy es uno de los pueblos que componen los Valles del Tuy, poblaciones mirandinas que sirven de ciudades dormitorio para Caracas. Sin embargo, pese a su cercanía con la capital, los retos de hacer política en la comunidad son totalmente distintos: convivencia con bandas criminales, apatía de las personas y “dirigentes” del chavismo que usan los beneficios sociales como mecanismo para comprar conciencia.

No son problemas exclusivos de Ocumare del Tuy, pero demuestran que, a 70 kilómetros de distancia de Caracas, la política tiene sus características. Una muestra de esto es el rol de las bandas criminales.

Mientras que en algunos lugares de Venezuela las bandas se mantienen en enfrentamientos constantes con las fuerzas policiales, Ocumare es distinto: en el pueblo son los grupos armados los que imponen “la paz”. Eso fue lo que ocurrió en el sector de La Santísima Trinidad donde, luego de un “acuerdo”, las bandas que actuaban en el sector se convirtieron en la nueva “ley” e inclusive dictan el modo de hacer política en la zona.

Mauricio Ríos milita en el joven partido Soluciones dentro de la comunidad y dijo que desde que empezó a hacerlo tuvo que contar, al menos en cierto sentido, con el visto bueno de las bandas. Por ejemplo, el pasado 2 de febrero —Día de la Juventud— quiso salir a marchar, pero que antes pidió permiso” para evitar cualquier inconveniente.

Yo para salir a la primera marcha tuve que hablar con ellos y preguntar si yo podía ir a esa marcha sin que la agarraran contra mí. Ellos me dijeron que no estaban con el Gobierno“, comentó Ríos.

Es una realidad con la que quienes hacen política en la zona se han acostumbrado a vivir, incluso la modalidad “casa por casa” está sujeta a la aprobación de las bandas.

“En la última marcha que hicimos me asusté por la cantidad de motorizados que llegó a donde estábamos, pero luego vimos que llegaron de la GNB y la policía y lo que hicieron fue levantar las manos y dijeron que no habían venido a reprimir“, contó el activista.

El chavismo y el chantaje del Clap

“En las juntas comunales el que sigue siendo chavista es porque está agarrando”, sentenció Ríos al momento de hablar del chavismo en el pueblo mirandino.

El joven político señala que, como en otros lugares del país, la presencia del oficialismo se ha visto afectada por la crisis económica, lo que ha reducido su forma de hacer política a una cola cosa: “el chantaje del Clap”.

“Acá el Clap llega como 2 o 3 veces al año y es comida que no alimenta“, por eso han perdido fuerza en Ocumare, comenta William Arteaga, otro activista de Soluciones y compañero de tolda de Mauricio. Arteaga señala que de no ser por la bolsa o caja de alimentos subsidiados el chavismo simplemente no se sentiría.

El oficialismo ha bajado mucho la guardia. Antes hacer política acá con ellos era difícil, había enfrentamientos fuertes y ellos llegaban a amedrentar. A uno antes le daba miedo pasar por donde estaban ellos, pero ahora la gente está como llena de algo, potenciada, no quiere dar un paso atrás“, explica Arteaga.

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