Fastos y nefastos “Yo digo lo que veo” Por José Luis Farías

Fastos y nefastos “Yo digo lo que veo” Por José Luis Farías

José Luis Farías @FariasJoseLuis

1) Apenas se cumplieron dos meses de la decisión de Juan Guaidó de asumir el 23 de enero como encargado la Presidencia de la República de Venezuela con el voto unánime de la AN y un abrumador respaldo popular, desde la oposición se desataron las críticas en su contra.

2) Aunque con argumentos distintos, cuestionan a Guaidó el radicalismo delirante y el apaciguamiento dialogante, a unos les deprime que no se invoque el 187.11 y a otros les perturba que el “sí o sí” de la ayuda humanitaria no se dio el 23 de febrero y que vendrá con la Cruz Roja.

3) Pese a que ambos, delirantes y dialogantes, están dominados por el cálculo con cartas bajo la manga, y que no deja de haber entre ellos casos excepcionales de buena fe, todos, absolutamente todos, por si acaso, aseguran respaldar a Guaidó.





4) Si radicales y apaciguadores siguen con el cuento del debilitamiento del liderazgo de Guaidó y de su poder de convocatoria, terminarán como Maduro afirmando que el pueblo no había atendido el llamado del hijo de La Guaira desconociendo el océano ciudadano del 6 de abril.

5) La comprensible impaciencia en la ciudadanía, por el tiempo transcurrido con el dinosaurio todavía en Miraflores, es utilizada por los rabiosos críticos para exacerbar la idea del fracaso de Guaidó desestimando el avance en el arrinconamiento del Pranato madurista.

6) El reparo de los apaciguadores sobre el presunto fracaso de Guaidó por no haber sacado todavía a Maduro, como si todo fuera “coser y cantar”, aterriza en la idea de acabar con el “mantra” (cese, transición y elecciones libres) de la ruta para deslizar que hay que ir a un diálogo.

7) El juicio de los delirantes, por el contrario, es acusar a Guaidó de que dialoga escondido para invertir el orden del “mantra” y hacer unas elecciones con Maduro como candidato o reducirlo a solo las elecciones libres convirtiendo su andar en una “ventajista” campaña electoral.

8) Algo bastante cursi de los apaciguadores es que Maduro sigue en el poder porque no quiere irse, no está dispuesto a ir a unas elecciones libres, ni habría fuerza para sacarlo, y de acuerdo a su impecable opinión ya es tiempo suficiente de que Guaidó ha debido echarlo.

9) El razonamiento de la falta de fuerza para patear a Maduro es porque pese a la tragedia vivida y el tiempo transcurrido ni la FANB ha actuado ni los marines han llegado y no hay ni remota esperanza de que actúen, pero se alarman cuando Guaidó habla de ir a Miraflores.

10) La idea a sembrar es que estamos jodidos, que nadie acudirá a salvarnos, porque la FANB estaría engatillada y porque lo de “todas las opciones sobre la mesa” no es más que una oferta “disuasiva” de Trump, juicio alentado por las recientes palabras de Elliot Abrams.

11) Los radicales, desde su fanatismo, alientan la idea de que Maduro sigue en su trono porque Guaidó, con su “electoralismo” no ha invocado todavía el 187.11 constitucional, pero como el entuerto de Abrams dio para todo ahora sirvió para dejarlos colgados de la brocha.

12) Como entiendo que no faltará quien se moleste conmigo por todo lo antedicho solo les recuerdo al brujo de la guaracha de Don Billo Frómeta: “Yo digo lo que veo”.

A un mes del Megaapagón

Fue a las 4:50 de la tarde del 7 de marzo el comienzo del caos que no termina y amenaza con complicarse aún más. En ese momento el país colapsó y quedó definitivamente a la deriva. En adelante la vida nos cambió a los venezolanos. El apagón que dejó sin luz a todo el país, SÍ, léase bien, a todo el país, por cinco días consecutivos, y todo un mes con idas y venidas, también nos dejó sin agua, sin combustible, sin Metro, transporte público, sin comunicaciones telefónicas, sin internet, sin ascensores, sin, sin sin. Nos arrechamos mucho, pero nunca perdimos el humor, la chanza, la broma. Porque la jodedera siempre ha sido una de nuestras mejores armas para defendernos del Pranato y en medio de las tinieblas que van y vienen se oye siempre el grito MADUUUUURO y el coro que sigue… Tampoco dejamos atrás nuestro deseo de luchar y vamos a seguir alentando la esperanza con nuestro lema: ¡Vamos bien porque vamos juntos! ¡Vamos por la Libertad y la Democracia!

El Zulia

Lo que sucede en el Zulia merece mención aparte. Es una verdadera calamidad para un estado con temperaturas superiores a cuarenta grados no tener electricidad más de cuatro horas diarias y en algunas partes a ninguna hora. La protesta ciudadana ha sido constante y valiente ante la desbordada represión y la actuación delictiva de sus gobernantes. Viva el pueblo zuliano.

La banca

Atención. El tamaño de la banca venezolana es risible. La pérdida patrimonial ha llegado a un punto crítico. El crédito bancario es un viejo recuerdo. Y el encaje legal se traga cualquier posibilidad de crecer y dificulta su sostenibilidad. Las amenazas se ciernen sobre el sector que no escapa al caos general instaurado a partir del apagón del 7 de marzo y sus implicaciones son de pronóstico reservado.

Hecatombe petrolera

El megaapagón también se sintió en la producción petrolera, según Bloomberg la exportación de crudo venezolano fue de solo 697 mil barriles diarios en marzo. En tanto que Platts Oil reportó que la producción de crudo de Venezuela en marzo fue de 740 mil barriles diarios, una caída de 360 mil barriles diarios con respecto a febrero. Un tercio de la producción del mes. El descenso fue monstruoso así que multipliquen el número de barriles exportados por el valor de la cesta petrolera de Venezuela, resten el chuleo cubano y otros y los pagos en crudo a China y Rusia, saquen cuenta y el último que apague la luz porque lo que viene es joropo, en poco tiempo ni gasolina vamos a encontrar en el país con las reservas petroleras más grande del mundo.

Crisis y caos

La crisis se ha vuelto caos, ingobernabilidad absoluta y show De Maduro y su Pranato vendiéndose como invencible a base de censura y represión. Subiendo desesperadamente la apuesta a su salida. Jugando en el borderline de un golpe de Estado, una intervención militar extranjera o una explosión social. El presidente Juan Guaidó debe seguir insistiendo en dejar en evidencia la anormalidad en la cual vivimos. Tal cual lo viene haciendo. No hay que aflojar. Hay seguir dándole vuelta a la tuerca. Acentuar la presión de calle hasta obligarlo al cese de su usurpación. No es tarea fácil. Quién lo ha dicho. Estamos obligados a seguir empujando hasta lograrlo.

PD: Por supuesto que ha habido errores, quién no los comete. Pero lo importante es corregir, hacer los ajustes y seguir adelante y actuar en consenso con la ruta trazada. Nada de triquiñuelas.

Otrosí: A dos semanas de su injusto secuestro toda mi solidaridad y un “Dios te bendiga” para mi amigo Roberto Marrero, otro rehén de Maduro