Solicitar ayuda, no presume cobardía, sino responsabilidad, por @ArmandoMartini

Solicitar ayuda, no presume cobardía, sino responsabilidad, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

Cuando los politiqueros no quieren afrontar decisiones por inconveniencia y miedo, utilizan tácticas que, en los casos de pueblos satisfechos, disciplinados y esperanzados, pueden dar resultados, pero cuando se usan frente a ciudadanos malogrados, desamparados, hambrientos y sin medicinas, pueden resultar en desastres. Algunas de esas prácticas son la palabrería y el leguleyismo, de los cuales tenemos sobrados ejemplos en Venezuela, aunque algunos dirigentes no parezcan darse cuenta mientras se revuelcan en pantanos que pueden ser imprevisibles.

Uno de los más lamentables es el chavismo, tragedia que nació de calles y militarismos delirantes de una población decepcionada, engañada y burlada deliberadamente. Un puñado de frustrados acomplejados, de palabra fácil y pensamientos rudimentarios, se alzó contra la democracia con el pretexto de rescatar la justicia, buen trato a los pobres y excluidos. Fueron derrotados en la que se suponía su especialidad, lo militar y el combate, pero resultaron triunfantes en la imagen socialista, populista perversa y tergiversada. Poco más del 56% metió la pata, y unos cuantos con menos derecho a equivocarse se equivocaron más. 

Hoy, el régimen castro madurista es un enfermo terminal, imposible eludir su final, aunque se retrase, resista y patalee. Difícil predecir cuándo, pero sucederá, por sus propios empeños. Entretanto continúan los muertos y presos políticos, aumenta el exilio, las sanciones se acrecientan y empiezan a asfixiar dejando sin medios económicos al despotismo castrista venezolano. Como delincuente acechado, la autocracia se defiende, busca alargar su tiempo. El presidente interino y la comunidad internacional están conscientes de la grave situación que sobrelleva Venezuela en pleno desarrollo, y que el socialismo no se combate con más socialismo.





El resultado de la vasta crisis humanitaria es desesperación absoluta y abrumadora pérdida de la fe y anhelo ciudadano. El caos anuncia un estallido de ambiente devastador. Los militares puede que decidan algo, pero el deber es civil, ciudadano, y, para desobedecer constitucionalmente, lo primero es decidir hacerlo. No es posible profetizar cuándo concluirá la tiranía, ni dónde estallará la rebelión ciudadana. Pero reventará, la furia popular es impredecible.

La dicotomía entre lo legítimo e ilegítimo se resolverá sólo asumiendo posiciones de coraje. Obedecer sin miramientos el mandato de la Constitución 187.11, asumiendo con obligación y arrojo ciudadano el principio sagrado de la Responsabilidad de Proteger (R2P), es un compromiso de humanidad. Banalizarlo de modo trivial, un error inexcusable, no darle importancia, una torpeza irresponsable y necia. Lo juicioso e ineludible es proteger, socorrer y liberar a Venezuela de las garras castristas, y ante la anarquía el auxilio internacional es necesario. ¡Ojalá no lleguen tarde!

Practicantes fervorosos y fieles alumnos de la sandez, juegan y apuestan al fracaso, al deterioro de la confianza en Guaidó, que como Presidente interino es depositario de la esperanza colectiva. Se aventuran en negociaciones incomprensibles y turbias, componendas con chavistas desprestigiados, maduristas bandidos, y tracaleros cubano-castristas. Para algunos negociar es un sueño, para otros, una excusa. Los conversadores son repudiados, sean gobierneros y/o presuntos opositores. La ayuda humanitaria es transcendental, vital; el problema de vida para los ciudadanos es la salida de Maduro. Sin él hay república e ilusión, con él desastre y miseria.

Despellejaron la Constitución que había regido el desarrollo de la democracia. La revolución chavista encharcó el ambiente de maniobras y recursos fraudulentos con apariencia de legalidad, por lo cual más del 85% reclama y apoya un cambio, pero quienes tienen la responsabilidad de realizarla, se extravían en la estulticia irrelevante.

Cuando el chavismo castrista mutado en castro madurismo proporciona -forzoso y sin opción- la oportunidad única que nos brinda el destino de un proceso que los desbanque, algunos diputados oficialistas e integrantes de fracciones, desconocen sus funciones de hacer cumplir la Constitución, perjuros aceptan cobardías y preminencia de conveniencias. No se entiende que la Asamblea Nacional que se presume defensora de la democracia y decencia ciudadana, saca las manos para correr la arruga, desaprovecha la ocasión, ignora reclamos, y decide seguir hablando sin ni siquiera el detalle político al declararse en emergencia y habilitar el tiempo necesario para llevar a cabo la agenda en el cumplimiento de su compromiso.

¿Cómo evitar pensar que carecen del coraje suficiente para plantársele a una tiranía que no los toma en cuenta, pero acata sumisa instrucción del régimen cubano? ¿Cómo escaparse de una monumental arrechera y recargar aún más la decepción cuando la única política que cohabita es seguir dialogando y negociando elecciones con el régimen? ¿Qué esperan, más muertos, exiliados y presos? ¿Que alguien decida por ellos o que un evento fortuito actúe? No es momento de equívocos, sino de claridad y audacia.

Tal vez algunos estimen -habituados a presentar sus complicidades como alardes politiqueros- que si se forma un zaperoco saldrán gananciosos en el revoltillo sangriento. ¡Pues no! hay que evitarlo.

El país percibe un sálvese quien pueda en los tiranos criminales, manchados de sangre con bolsillos rebosantes de robo, y de oportunistas convivientes que oxigenan la ignominia privilegiando intereses crematísticos, que hasta hace pocas semanas impedían el cumplimiento del 233; los mismos que hoy atacan inmisericordes y sin piedad el deber insoslayable moral, ético y hasta religioso, de al menos debatir el 187.11 y principio de Responsabilidad de Proteger R2P: que como buen padre solicita ayuda y socorro para su familia, no por cobardía, sino por responsabilidad.

Es lo menos que pueden hacer.

@ArmandoMartini