Caracas: La ciudad donde la seguridad es un privilegio (Una historia de terror)

Caracas: La ciudad donde la seguridad es un privilegio (Una historia de terror)

REUTERS/Ivan Alvarado

 

Venezuela padece un mal del cual parece que no va encontrar una solución inmediata, por más pesimista que puedan leerse estas líneas, el hampa ha llevado el infierno al plano terrenal, consiguiendo que el miedo al asfalto comience desde que despertamos hasta que dormidos sanos y salvos (gracias a Dios) en nuestros hogares… La seguridad se ha vuelto un privilegio.

Lucho Suárez | lapatilla.com





Uno no puede predecir que la vida pueda cambiarte en un par de horas, el tiempo de la inseguridad en Caracas es incomprensible, es imposible saber qué te depara en cada esquina, solo queda encomendarse al que está allá arriba y ligar que las sombras no se crucen en la vía.

Uno no está seguro ni en un centro comercial“, me comentó un amigo en un mensaje vía WhatsApp mientras me compartía un Tweet, en el cual un muchacho caraqueño contaba una lamentable historia de terror que vivió, una que seguramente le quitará el sueño por un buen tiempo.

Ricardo Noguera, un muchacho de 18 años, relató cómo fue agredido salvajemente en el Centro Comercial San Ignacio, ubicado en Chacao.

En la primera foto soy yo ayer a las 5:00 pm, en la otra soy yo el mismo día pero a las 7:30 pm después de ser robado en el Centro Comercial San Ignacio en la Ciudad de Caracas“, introdujo el joven a sus seguidores en la historia.

 

Al caer la tarde del jueves 11 de abril, Ricardo se encontraba en las instalaciones y notó que un hombre lo perseguía y miraba fijamente, muy perturbado por lo que presenciaba decidió dirigirse al estacionamiento del recinto en busca de cuerpos de seguridad, al notar la ausencia de los oficiales, caminó nuevamente hacia las escaleras para escapar, pero encontró al sujeto, quien procedió a tomarlo por el cuello y estrangularlo.

Fui ahorcado hasta llegar al punto de desmayarme, la mitad de mi cara está morada por los golpes”, agregó Noguera, asimismo, explicó que posterior a su rotundo desmayo, despertó en una oficina de la estructura comercial sin sus pertenencias. “Me partieron la cabeza, me tomaron cuatro puntos, mi barbilla y cuello están con múltiples golpes y moretones“, añadió.

En la actualidad, los casos de homofobia se presentan con frecuencia, por lo que Noguera aseguró que el ataque fue ocasionado debido a sus preferencias sexuales.

“fui golpeado no con el fin de robarme, si no también por odio hacía mis preferencias sexuales“, aseveró.

 

Personas aseguran que éste no ha sido el único caso que se ha presentado en las instalaciones del conocido centro comercial.

Una usuaria de la red social Twitter manifestó que, con la historia de Ricardo Noguera, son tres las historias similares que ha escuchado sobre el famoso San Ignacio… “algo raro pasa”.

Tras investigar en la web, encontré la historia de una joven actriz que aseguró que estuvo a punto de ser asesinada en el estacionamiento del lugar.

El miércoles 25 de julio (2018), un hombre quiso matarme. Cada vez que cierro los ojos recuerdo al hombre que me atacó. Cuando llegué a casa mi mamá me dio pastillas para dormir, pero a cada tanto me despertaba con taquicardia y crisis de pánico. Al día siguiente también dormí a punta de pastillas, de día y de noche”, relató Paula Díaz, la víctima, para el portal Podavinci.

“Mientras bajaba al sótano dos, vi a un hombre de pie frente a un carro. No tenía llaves en las manos. Me pareció extraño. Él se dio cuenta de que lo estaba observando. No le di mayor importancia porque no quería que notara mis nervios. Caminé rápido sin dejar de mirar atrás. Cuando giré por tercera vez no lo vi. Pensé que la angustia era solo paranoia, que no corría peligro. “Paula, estás loca”, comenta.

 

Díaz expuso que al abrir la puerta de su vehículo y girarse, el hombre ya se encontraba a su lado, instante que aprovechó para lanzarse hacia ella y ahorcarla con todas sus fuerzas: “cuando estuvo sobre mí me pareció el hombre más malo de todos“.

“No me pedía nada, no tomaba nada, no robaba nada. Simplemente me estrangulaba dentro del carro”, testimonio insólito que evidencia el modus operandi de algún tipo de “negocio” hamponil que se suscita en las instalaciones, ya no es casualidad..

“Dejé de mover mis piernas. Luego dejé de luchar con mis brazos. No podía seguir dándole batalla. Pensé: Soy Paula, tengo 22 años. Me asesinó un tipo y no sé por qué“.

Lee la historia relatada por Paula Díaz aquí

La escalada de inseguridad incrementa con el pasar de los días, sin importar las clases sociales, el hampa se incorporó a la rutina de los venezolanos como si de un trabajo común se tratase.

Esta no es solo una denuncia, es un llamado de atención a las autoridades, cada calle, cada avenida, cada barriada, cada urbanización no quedan ajenas ante la desbordante ola de violencia que día tras día sacude a un país en el cual la seguridad parece ser un privilegio.