Yoani Sánchez: Los ‘memes’, arma política contra el poder en Cuba

Yoani Sánchez: Los ‘memes’, arma política contra el poder en Cuba

Esta semana los protagonistas son los avestruces, las jutías y los cocodrilos que, según el comandante Guillermo García Frías, ayudarán a resolver el problema de los alimentos en Cuba

 

Hace poco inundaron las redes sociales las parodias sobre la huída de la caravana presidencial de una zona afectada por el tornado, pero esta semana los protagonistas son los avestruces, las jutías (rata gigante) y los cocodrilos que, según el comandante Guillermo García Frías, ayudarán a resolver el problema de los alimentos en Cuba.

Los memes se han convertido en una alternativa democrática a la caricatura como forma de crítica a un poder muy poco dado a la broma. Está al alcance de casi cualquiera hacer uno y difundirlo hasta hacerlo viral.





El humor político ha sido ausente por décadas en la prensa oficial cubana, donde solo han encontrado lugar las caricaturas burlescas sobre el capitalismo o el presidente de Estados Unidos. Jamás nadie ha osado ironizar acerca de los ministros, funcionarios o figuras de la cúpula nacional. Todas las bromas sobre ellos pasaron a ser orales, contadas en voz baja o en gestos.

Y entonces llegó internet a los móviles. Lo que en otras naciones llevaban más de una década sucediendo empezó a volverse una realidad para los residentes de esta Isla. Ahora, el mundo virtual no solo es el camino para contactar a los amigos emigrados, buscar una beca para escapar hacia algún lugar o pedir una recarga móvil a un familiar en el exilio, sino que se ha ido erigiendo como una plaza para la burla al castrismo. Toda la creatividad contenida se ha explayado.

Algunos 'memes' reeditan la famosa foto de Fidel Castro lanzándose de un tanque, pero descendiendo esta vez de un avestruz. (Alen Lauzán)
Algunos ‘memes’ reeditan la famosa foto de Fidel Castro lanzándose de un tanque, pero descendiendo esta vez de un avestruz. (Alen Lauzán)

Los memes llegan a todos, arrancan una sonrisa y se vuelven muchas veces virales. El poder político no sabe cómo lidiar con ellos: si los ignora, de todas formas siguen generando carcajadas y reflexiones; si los menciona y contrarresta, los consagra. Las consignas pueden parodiarse infinitamente en estas imágenes chispeantes y en collages divertidos, pero el sobrio lenguaje ideológico de las vallas callejeras no puede asumir códigos menos formales para intentar competir con tanta burla.

El resultado es que la inconformidad y la desaprobación popular a la gestión del Ejecutivo está aflorando con fuerza en estos montajes en que lo mismo colocan en una fachada habanera la frase “En cada cuadra un avestruz” en lugar de un “comité”, que reeditan la famosa foto de Fidel Castro lanzándose de un tanque, pero descendiendo esta vez de una de esas enormes aves africanas, metáfora quizás de una revolución más sostenida por la improvisación que por el arrojo militar.

La Plaza de la Revolución tiene un problema. La irreverencia del meme tiene un mayor impacto en la gente que la solemnidad de las consignas porque son corrosivos, cercanos, pegajosos y hacen reflexionar. La chanza y la tendencia del cubano a “tirar todo a relajo” resultan un caldo de cultivo muy fértil para que esas viñetas calen profundamente en el imaginario colectivo.

Burlarse del poder es comenzar a derribarlo.


Publicado originalmente en 14Ymedio