La ayuda humanitaria fluye peor ante los cambios en política internacional

El convoy de ayuda de las Naciones Unidas asegurado por soldados sirios y rusos se ve en un puesto de control cerca del campamento de Wafideen en Damasco, Siria, el 5 de marzo de 2018. REUTERS / Omar Sanadiki

 

 

Las organizaciones humanitarias cada vez tienen más dificultades para desempeñar su trabajo y adaptarse a los cambios como los que se están dando en la política internacional, con el auge de los movimientos populistas.





Así se desprende de un informe presentado hoy en Roma por la red internacional de organizaciones y expertos humanitarios Alnap, que advirtió también de la falta de fondos y acción colectiva.

Su principal autor, Paul Knox Clarke, explicó que el “nuevo paisaje político” internacional surgido entre 2015 y 2017 está obstaculizando la actuación de los actores humanitarios, que siguen mostrando “un ritmo lento de adaptación a los cambios”.

El estudio cita expresamente el aumento de los movimientos populistas y la mayor visibilidad que estos grupos han dado a los refugiados o los migrantes en situación irregular hasta el punto de hablar de una “crisis migratoria en Europa”.

Según los datos recogidos, la asistencia humanitaria internacional aumentó hasta un récord de 27.300 millones de dólares (unos 24.160 millones de euros) en 2017, año en el que el 58 % de los fondos fueron a parar a solo cinco países: Siria, Yemen, Sudán del Sur, Somalia e Irak.

Los cuatro primeros sufrieron graves crisis alimentarias, mientras que los desplazados por los conflictos ascendieron en todo el mundo a 68,5 millones de personas, dos tercios de ellos sin salir de sus países.

En 2017 se contabilizaron 570.000 trabajadores humanitarios a nivel mundial, un 27 % más que en el anterior informe de 2013, sobre todo por el incremento del personal local.

La mayor parte de la financiación se destinó a agencias de Naciones Unidas, que a su vez se apoyaron en organizaciones no gubernamentales, y ya entonces hubo un déficit de 10.300 millones de dólares (9.114 millones de euros) que no se cubrió.

Knox resaltó que, a pesar de los avances que han permitido salvar vidas en países como Somalia o Sudán del Sur, hay retrocesos en los que se refiere al “respeto de las reglas para asegurar la entrega de la ayuda”.

El director de Emergencias de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Dominique Burgeon, consideró que la respuesta a las amenazas de hambruna fue posible por “la capacidad de generar información de calidad a tiempo real entre todos los socios humanitarios y emitir alertas tempranas”.

No obstante, la respuesta humanitaria fue especialmente lenta en otras crisis como el conflicto en la República Democrática del Congo o el ébola en África occidental, según el informe.

Gianluca Ranzato, responsable de la ONG Save the Children en Italia, reconoció que “el sistema humanitario no está cambiando a la velocidad necesaria” ante las dificultades que plantean el cambio climático y la violencia, en medio del “declive del multilateralismo y el aumento de los desplazamientos”.

EFE