Carlos Ochoa: Carlos Andrés Pérez y Alán García, vidas casi paralelas

Carlos Ochoa: Carlos Andrés Pérez y Alán García, vidas casi paralelas

El final que escogió Alan García para salir de la escena política y del teatro de la vida fue sin duda trágico, tomó una decisión radical y definitiva, en la que hay que reconocer la determinación del ex presidente para no sufrir humillaciones y vejaciones, según se desprende de la nota que leyó la familia. García había analizado el momento y lo que se le venía encima y prefirió esa muerte a otra muerte.

Acusado, destituido, encarcelado y condenado, Carlos Andrés Pérez expresó en el momento en que sus enemigos se ensañaron con él, que hubiese preferido otra muerte.

En ambos casos pudiésemos hacer un símil de vidas paralelas plutarcadas, sino fuese por el hecho de que CAP enfrentó a la jauría y padeció las humillaciones con el valor y la entereza que siempre lo caracterizó y Alan García no aceptó ser pasto de las llamas que el caso Odebrecht desató en el Perú y en la región, por pago de sobornos a mandatarios, ministros y empresarios, para que les adjudicaran obras de envergadura con sobreprecios y ventajas. Por cierto el Presidente de Odebrecht refiriéndose a Venezuela, declaró haber pagado 98 millones de dólares en comisiones ilícitas a funcionarios, en el marco de una negociación de 300.000 millones de dólares por 11 obras inconclusas, sin que  hasta la fecha el Fiscal usurpador ni la Fiscal en el exilio Luisa Ortega, hayan determinado responsabilidades, como corresponde por la magnitud de los delitos, a los funcionarios presuntamente beneficiados e implicados en los sobornos.





De modo que si a Pérez lo crucificaron por la reconducción no autorizada de una partida secreta de 200.000 dólares para cubrir los gastos de seguridad de la recién electa Presidenta Violeta Chamorro, el Congreso lo destituyó, la Corte Suprema de Justicia lo condenó, para salir de la cárcel a un exilio hasta la muerte que nunca deseo, García, al cual no se le había acusado formalmente, pero con una orden preventiva de arresto innecesaria, si decidió que muerte prefería ante el linchamiento inminente.

Me pregunto qué muerte les tocará a los que han saqueado a Venezuela por dos décadas, cuando se rescate la democracia y retorne el imperio de las leyes,  tienen que responder por sus delitos. Estoy seguro que ninguno tendrá el temple de Carlos Andrés Pérez para dar la cara, ni la determinación de Alan García para decidir su propia existencia, huirán, para fugarse a disfrutar de sus fortunas mal habidas y otros   enfrentaran a la justicia y tendrán que pagar por sus crímenes haciéndose las víctimas cuando en realidad son victimarios.

Pero por muy culpables que hayan sido Pérez y García que no me consta, nunca se les podrá comparar con los que hoy usurpan el gobierno en Venezuela, las vidas de estos pillos son paralelas con las del Chapo Guzmán y con la villanía de personajes que solo van a ser recordados por el mal que hicieron, la de Carlos Andrés Pérez y la de Alan García ya pertenecen, con sus aciertos y sus errores, al panteón de los políticos demócratas y valientes del continente, en donde también descansan Víctor Raúl Haya De La Torre y Rómulo Betancourt.