Es de conocimiento público, que el régimen busca constantemente distraer la atención de los ciudadanos y de los medios de la realidad actual, creando matrices de opinión y maquillando áreas públicas, plazas, avenidas y hospitales, como recientemente lo hizo en la visita de la comisión especial enviada de la ONU a nuestro país.
Esta no es la única vez que se intentan recuperar los espacios en las ciudades del país en medio de la precaria situación. Caracas es el foco más notable de esto, donde muy recientemente el pasaje Linares del centro de Caracas fue adornado con paraguas de colores, llamado el proyecto “Umbrella Sky”. Cabe destacar, que esta es una de las áreas más afectadas por el colapso energético que el país atraviesa, donde comercios que allí se encontraban debieron cerrar sus puertas.
A escasos metros se encuentra la esquina de Pajaritos. Allí se ubica el Edificio Administrativo de la Asamblea Nacional y frente a este el Palacio Federal Legislativo, donde hemos evidenciado el deterioro de esta zona; con el aumento inescrupuloso de desperdicios, la exponencial delincuencia y las personas en situación de indigencia que se alojan en sus alrededores.
A pesar de los intentos del régimen de maquillar los espacios públicos, la inconformidad de los ciudadanos por la falta de alimentos, medicinas, agua y electricidad es cada día mayor.
La cotidianeidad del centro de Caracas, adornado esta vez con paraguas de colores, (pero en diversas ocasiones con luces, ornamentación o embelleciéndolo de algún modo), contrasta con la realidad de sus alrededores llenos de basura y de inseguridad. Este año, la Capital sigue liderando la lista de las ciudades más peligrosas del mundo.
El bienestar social debería ser el objetivo número uno de toda nación, sus fondos deberían estar destinados en primera mano a solucionar las necesidades de los ciudadanos. El 80% de los hogares venezolanos vive en inseguridad alimentaria de acuerdo al Reporte sobre el Derecho a la Alimentación (diciembre 2018) elaborado por Fundación Bengoa.
Venezuela está sumida en una cascada de eventos desafortunados a causa de la dictadura de Nicolas Maduro. La hiperinflación, la escasez, la delincuencia y el deterioro de la calidad de vida en general aunado a la inestabilidad política y social, ha desencadenado una grave crisis humanitaria que no se puede tapar con un dedo, y mucho menos con un paraguas.
Nota de prensa