“Michael Vargas y el horror de una partitura carcelaria” Por José Luis Centeno S. @jolcesal

“Ese joven lleva tiempo en El Helicoide. Yo lo conocí estando preso todavía en el 2017. Dios quiera lo suelten pronto”, indicó el escritor Leonel Sánchez Camero, ex preso político que estuvo recluido en esa misma sede del Sebin desde el año 2014 al 2017, refiriéndose a Michael Vargas, ex intérprete de la agrupación musical juvenil Calle Ciega, que el 17 de este mes cumplió 18 meses secuestrado y cuya única certeza es el dudoso inicio del juicio que le han negado sistemáticamente.

Mai el Pillo, nombre artístico de Michael Vargas, hizo su debut como cantante en marzo de 2015 en el nuevo comienzo de la original agrupación Calle Ciega, presentando su tema promocional titulado “Me gustas tú”, en su opinión: “una de las mejores experiencias de mi vida, una gran escuela musical”; para octubre de 2016, luego de anunciar cambio de ritmo e imagen, arrancando su proyecto como solista, comentó:

“La paciencia me ha acompañado en este proceso y en esta carrera, he visto cosas malas también cosas buenas, he conocido la falsedad y la sinceridad pero lo más importante es que conocí el éxito, no la fama… La fama nunca me ha interesado, el éxito si y mucho… Gracias a todas las personas que han sido parte de mi carrera y de mi éxito…”





Su consigna, “Con la ley y bandera en mano no te pienso abandonar… Mi amada Venezuela”, podría ayudar a explicar porque un año después, el 10 octubre de 2017, fue detenido arbitrariamente en su residencia, luego de ser vinculado a hechos falsos en momentos cuando los ciudadanos en Caracas protestaron tres veces más que en septiembre de 2017.

14 meses después de ser detenido, el 17 de diciembre de 2018, le realizaron la Audiencia Preliminar, oportunidad procesal en la cual el Tribunal 20 de Control del Área Metropolitana de Caracas ordenó el pase a juicio que al día de hoy no se ha concretado, enfrentándolo a la perversidad extrema y al dolor de verse en un estado de total indefensión tras las rejas.

Ante la oscura administración de justicia, sus familiares y amigos diariamente levantan su voz para decir que Michael es “Artista No Terrorista”, pues lo acusan de terrorista sin mayores elementos que los consabidos montajes fiscales endosados a todos aquellos privados de libertad por manifestar su inconformidad con el régimen de Nicolás Maduro, llevando incluso a la persecución de “quienes protestan y exigimos sean liberados él (Michael) y todos los rehenes políticos”.

Este caso, como cualquier otro de presos políticos, evidencia que tenemos un Poder Judicial secuestrado, bajo las directrices de este régimen totalitario, con ausencia de la autonomía, un contexto que nos exige oponernos a cualquier aberración jurídica, que menoscabe el derecho a la defensa, acceso a los medios probatorios, debido proceso, igualdad de las partes, la tutela efectiva de la administración justicia, verbigracia: la urdida en contra de Michael Vargas.


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