Salario mínimo mensual no alcanza ni para un día de alimentación

Salario mínimo mensual no alcanza ni para un día de alimentación

La gente hace cola frente a un supermercado para comprar harina de maíz y azúcar durante un apagón en Caracas, Venezuela, 27 de marzo de 2019. REUTERS / Carlos Garcia Rawlins

 

 

El poder adquisitivo del salario mínimo mensual vigente en Venezuela sigue en picada y no alcanza para cubrir ni un día de alimentación, de acuerdo con las estimaciones del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), que calculó que la canasta básica familiar se ubicó en 2.491.159,29 bolívares en marzo, publica Correo del Caroní.





Por María Ramírez Cabello
[email protected]

La cesta de alimentos y servicios subió 27,2% en el tercer mes del año, de modo que una familia de cinco miembros en promedio necesitaba 138,4 salarios mínimos mensuales para cubrirla o 4,6 salarios mínimos diarios.

Llevar la cifra a moneda extranjera es igual de desalentador. En medio de una dolarización en ascenso, que elevó la cotización oficial del dólar Dicom a Bs. 5.200 en la noche del 22 de abril, el salario mínimo fijado en Bs. 18.000 se devaluó a $ 3,4. En contraste, la canasta básica familiar equivale a 479 dólares a razón de la cotización del Banco Central de Venezuela, por lo que a diario se requieren 16 dólares para cubrir alimentos y servicios.

El Cendas detalló que la variación anualizada en los últimos 12 meses es de 330.091% y que en marzo todas las categorías subieron de precio, siendo la más inflacionaria la de alquiler de vivienda que aumentó 143,4% en el tercer mes del año.

Le siguió el incremento del rubro de vestido y calzado que aumentó 62,7% como promedio mensual; el rubro de servicios públicos básicos que subió 31,7%, debido al aumento de la tarifa del transporte interurbano; y los artículos de higiene personal y limpieza del hogar que escalaron 31%. En este grupo, el Cendas destacó el alza del champú en 75,2%; el papel higiénico en 70,1% y la esponja en 60,7%.

Los alimentos, por su parte, subieron 22,2% en marzo, lo que llevó la canasta alimentaria familiar a 1.555.866,88 bolívares. El informe del Cendas detalla que una familia requería ese mes 86,4 salarios mínimos, es decir, 2,9 salarios mínimos cada día.

En un análisis por categorías, la más inflacionaria fue la de cereales y productos derivados que se elevó 34,1%, debido al alza del pan, la harina de trigo, harina de maíz y arroz. Cuando se observa cada una con lupa, sobresalen los incrementos del grupo de frutas y hortalizas, en el que el Cendas estimó un aumento de 162,1% del limón, seguido por los incrementos de la naranja en 115,2%; el ajo, 111,2%; el melón, 84,1%; la patilla, 74,1%, entre otros.

Luego del rubro de alimentos, siguieron los aumentos del rubro de educación en 16% y servicios de salud en 10,1%.

A pocos días del 1 de mayo, Día del Trabajador, cuando históricamente se decretan aumentos salariales, las expectativas se centran en los anuncios que, de seguro, alimentarán la hiperinflación en un escenario de dolarización sin frenos.

Econométrica: dolarización de facto

La firma Econométrica emitió a mediados de abril un informe en el que señala que ante la incertidumbre inherente a la hiperinflación, que inició oficialmente en octubre de 2017, tanto consumidores como empresas utilizan el dólar paralelo como ancla nominal.

Precisan que 2019 empezó con un notable aumento del tipo de cambio paralelo de 104%, mientras que en febrero se suavizó ligeramente al variar 82%. “Si bien es cierto que el crecimiento del dólar paralelo usualmente se suaviza en las semanas previas al pago del Impuesto Sobre la Renta (ISLR), las fuertes limitaciones impuestas por el Banco Central de Venezuela (BCV) a la banca sobre el encaje legal han incidido en este resultado”, explican.

No obstante, consideran que es poco probable que la relativa estabilidad del dólar en el mercado negro continúe en el mediano plazo. “Esperamos que las autoridades se vean forzadas a flexibilizar la medida del encaje marginal y ordinario”.

En una tendencia similar, explican que luego de que la inflación registrara un máximo histórico de 260% en enero, en marzo se desaceleró en un comportamiento que consideran temporal. “La razón es que la dificultad de la banca para cumplir los requerimientos de reservas generará presiones sobre el BCV para que flexibilice la medida. El gobierno no tiene la capacidad técnica para diseñar un plan de estabilización que dirija a la economía en una senda de recuperación y estabilidad de precios. Es por ello que consideramos que la hiperinflación continuará su curso. Ante tal escenario, la dolarización de facto seguirá siendo un fenómeno clave en la economía”.

Econométrica sostiene que el tipo de cambio paralelo ha adquirido mayor relevancia como marcador de los precios internos, ante la dificultad de adquirir divisas a la tasa de cambio oficial y la aceleración inflacionaria. En algunos sectores, incluso, los costos de reposición están siendo estimados a un tipo de cambio superior al dólar alternativo.

Los grupos, indican, donde el impacto del tipo de cambio paralelo es superior a la inflación general son: alquiler de viviendas, transporte, vestido y calzado y esparcimiento y cultura.

“En el caso del primero, aunque sus precios siguen por debajo de los internacionales, las mensualidades de alquiler están dolarizadas. En el segundo y el tercero, las autopartes y las prendas de vestir y calzado son bienes importados en los cuales el dólar paralelo tiene un importante peso en su estructura de costos. También es el caso en esparcimiento y cultura donde los televisores y las computadoras tienen precios dolarizados. Seguidamente se encuentra equipamiento del hogar, con un alto contenido de bienes importados (artículos de línea blanca y marrón)”.

En cambio, señalan que los grupos de comunicaciones y servicios de la vivienda no reaccionan al tipo de cambio paralelo debido a que sus tarifas están fuertemente reguladas. “Esperamos que el traspaso se intensifique en el sector de servicios, sobre todo en salud, donde los artículos quirúrgicos y las medicinas son bienes importados”.

En un contexto en el que el dólar paralelo está sirviendo de ancla nominal para fijar precios en Venezuela, la firma señala que las empresas deben considerar adaptar su sistema de pagos para aceptar divisas.