Enrique Prieto Silva: La lealtad militar

Enrique Prieto Silva: La lealtad militar

Una de las liviandades creadas por el chavismo, que hay que erradicar de la mente de los militares es la perturbadora lealtad. Ese desenfreno que ha instaurado una infantil inmoralidad, tomada como una virtud necesaria en la carrera militar y que, a más de perturbar la mente de los profesionales de las armas, sirve hoy de acicate para calibrar el grado de su acercamiento al jefe del Estado, como si fuera necesario ese virtuosismo para decidir su compromiso tomado como juramento. En realidad, una perversión estúpida, que degrada la tan vapuleada y generalizada, más que cacareada voluntad de servicio.

De manera natural, como si fuera una situación sana y normal, se exige a los militares que “se pronuncien”, es decir, que digan si están con Maduro o con Guaidó. Esto, con una visión sensata y racional, no deja de alarmarnos.

Pudiéramos decir, que es lo natural de la perversidad en que se transformó el ente militar venezolano, cuando el siniestro comandante del “por ahora” se atrevió a romper la estela del apoliticismo que pervivió durante los cuarenta años de la república en democracia, pero en nuestro pensar y razonar no cabe ese perjura, sino que al contrario, nos lleva a iniciar la lucha por recuperar el verdadero sentido de la realidad militar en nuestro país.





Son muchas las veleidades que debemos afrontar en lo que hemos dado en llamar la “reinstitucionalización de las FAN”, pero por ahora, surge la necesidad de dar luz en el peor error que cometen el general Padrino y sus acompañantes en el mando militar, como lo es aferrarse contracorriente en defender la llamada usurpación presidencial, que se espera cese, para luego de un gobierno transitorio efectuar elecciones libres.

Nos referimos, al aberrante uso de la política para comandar, dejando de lado el contenido constitucional que impide a la Institución, participar en el debate político, siendo allí donde yerran los mando y encadenados, todos los militares, cuando justifican su actuar en su lealtad al “comandante en jefe”. Un apostillado maligno y desviado, que pareciera enceguecerlos a todos, desde que los conchupantes y lerdos secuaces del chavismo, impusieron esa adoración al presidente, por ser el más alto jefe militar, olvidando que ese cargo no es de carrera dentro del cuerpo, que no lo hace solidario con su espíritu, sino que es el designado político partidista que llevado como candidato a elecciones, asume el dicho cargo.

La mayor gravedad del problema, si así podemos llamarlo, es que la ignorancia es supina, tanto en el ciudadano común en todas sus clases y dotes, como de mayor gravedad en los propios militares, quienes asoman el manido juramento: “…defender la patria y sus instituciones…”, como lo vemos desde nuestra postura, pero lamentablemente, el constituyente chavista eliminó lo de sus instituciones y leyes, como lo establecía la constitución del 61 y solo dejó la defensa de la patria, pero agregó, que la FAN “…está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna.”

Más claro imposible, la lealtad del militar solo será a la patria, y desviarla hacia una persona es actuar en contra de lo establecido en la Constitución. No hay margen para entenderlo diferente, el presidente es una persona y los que lo siguen en su ideología son políticos; los militares activos, conforme a la Constitución, no les está permitido participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político.

¿Qué se lo ordene un superior?, no hay cabida al cumplimiento de órdenes arbitrarias. Procede por lo tanto la desobediencia, ya que de cumplir órdenes que violen los derechos garantizados en la Constitución incurren en responsabilidad penal, civil o administrativa, sin que le sirvan de excusas órdenes superiores. ¿Está clara la lealtad?

Para el 1º de mayo próximo, el presidente encargado Juan Guaidó ha dicho a los militares que: “Tú formas parte de este proceso, no es secreto que hacen falta”, pero hay que entenderlo: La Constitución te pide que no participes en proselitismo político y que tu estas solo al servicio de la patria y no de persona alguna. Esa persona es Maduro, quien usurpa la presidencia y debes desconocerlo. ¡No tienes que hacer nada!, solo, no cumplir órdenes indebidas que no sean para la defensa de la patria y mucho menos declarar que estás o no de acuerdo con él. El debate político déjalo a los civiles, que no tienen restricción para ejercer ese derecho. ¡Tú, no debes participar en la usurpación!

Recuérdalo, ¡tu lealtad es con la patria!

@Enriqueprietos


Enrique Prieto Silva es Gral/Div, maestro, abogado, profesor, Dr en Educación, MgSc en Admon Publica, Seguridad y Defensa; Experto en Derecho Militar y Promotor del Derecho Ecológico.