Los exabruptos en Twitter de Nayib Bukele, el presidente “millennial”

El presidente electo de El Salvador, Nayib Bukele. Alex Peña

 

Pasadas las nueve de la noche del 7 de abril, Nayib Bukele, el presidente electo de El Salvador, fijaba en su cuenta de Twitter un mensaje subido de tono: “Relax the donut” (relaje la dona), acompañado del símbolo de ese pastelillo. Era la respuesta de Bukele a sus detractores, quienes critican su forma desenfadada y a veces abiertamente petulante con la que se expresa en sus redes, en las que ataca a los políticos tradicionales de su país, señala casos de corrupción o responde con sorna a quienes reaccionan a sus dardos virtuales. El trino tuvo más de 1.200 retuits y fue marcado más de 6.400 veces con el típico corazón de “me gusta” en esa red social. Tuvo, también, 473 comentarios. Así lo reseña elpais.com





Una manera peculiar de expresarse de este joven político decidido a no guardar las formas en su cruzada personal de cambiar a un país agobiado por los desmanes de décadas de gobiernos bipartidistas de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), agrupaciones a las que Bukele derrotó con una amplia mayoría en las pasadas elecciones de febrero, cuando obtuvo casi el 54 % de los votos.

El pasado 8 de abril desató una nueva controversia cuando publicó un vídeo de apenas nueve segundos en el que aparece conduciendo con destreza un Ferrari —vestido con camisa blanca arremangada y vaqueros azules—, con el mensaje: “Además, a partir del 1 de junio El Salvador tendrá un presidente que sabe manejar Ferraris sin estrellarse a los redondeles”. Era un trino envenenado. En 2014 el expresidente Mauricio Funes fue señalado por algunos testigos de haber accidentado un coche de la misma marca —valorado por la prensa local en más de 200.000 dólares— mientras conducía supuestamente a alta velocidad y bajo los efectos del alcohol.

El entonces mandatario negó la acusación y amenazó con demandar a quienes lo inculpaban. Días después los medios informaban de que había sido operado tras sufrir fractura de cadera a causa de una caída. Funes —quien ocupó la presidencia de El Salvador entre 2009 y 2014— se encuentra en Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega le concedió asilo desde septiembre de 2016. Él se enfrenta a un juicio en su país por supuesto enriquecimiento ilícito, aunque ha catalogado esos señalamientos como una “persecución política”. Desde su exilio respondió a Bukele: “¿Es en serio? ¿Acaso Nayib piensa ser motorista de Uber? Es lo más tonto que he escuchado de un presidente que está por asumir. Lo importante no es saber manejar autos de lujo, lo importante es pilotear la máquina del gobierno y no llevarla al despeñadero”. Bukele estuvo entre las 158 personas que retuiteó el mensaje.

En la misma red social reaccionó el periodista y escritor Diego Fonseca —editor y coautor de antologías de ensayo como Crecer a golpes, Hacer la América, historias de un continente en construcción, Sam no es mi tío o Perdimos, ¿quién gana la Copa América de la corrupción?, en colaboración este último con el escritor argentino Martín Caparrós—, quien escribió: “Bukele desató su esnobismo y frivolidad tras ser elegido. Supondrá que es inmune a la crítica. Su show off afecta la débil institucionalidad salvadoreña, pero provocar funciona: muchos gustan el aura ganadora, joven, moderna. Tal vez no choque el Ferrari, pero su imagen ya está abollada”.

Bukele cuenta con 585.000 seguidores en Twitter, que reaccionan con entusiasmo a sus trinos. El presidente electo ha escogido esta red social para dar a conocer los nombramientos de su gabinete: hasta ahora ha nombrado a cuatro ministras, incluida la nueva canciller, Alexandra Hill.

Nayib Bukele. Alex Peña

Para Sergio Arauz, periodista político de El Faro —medio salvadoreño celebrado por su periodismo de investigación—, Bukele representó la novedad en este país centroamericano desde el inicio de su campaña política. Arauz explica por teléfono desde San Salvador que el político “sorprendió” a analistas, periodistas y votantes con su forma de manejar la campaña: hizo apenas unos 15 mitines, mientras sus contrincantes de ARENA y el FMLN dedicaron esfuerzos económicos en cientos de eventos organizados en todo el país para convencer al electorado. “Es el primer presidente que gana una primera vuelta sin recorrer el país. Él todo lo hizo a través de las redes sociales, convocaba a un Facebook Live en lugar de conferencias, o a través de Twitter, donde se dio a conocer”, explica Arauz. “Se posicionó como pescador de votantes jóvenes, millennials, y del voto de izquierda que perdió el FMLN”, comenta el periodista.

Bukele fue catapultado a la cima del poder con los votos de los jóvenes menores de 35 años, que representan más del 40 % de las listas de votantes. “De ahí viene ese tipo de mensajes en las redes sociales. Está atendiendo a sus simpatizantes. No es un político tradicional, no está acostumbrado a dar conferencias de prensa, a rendir cuentas a los periodistas”, comenta Arauz.

“Una característica de Bukele es que sabe medir muy bien los temas que resultan atractivos para la audiencia”, afirma Karen Fernández, periodista de Focostv.com, un canal salvadoreño dedicado al periodismo económico y al análisis político. “Él sabe que no llegó a la presidencia por discursos bien estructurados sobre políticas públicas, sino por discursos beligerantes contra los políticos tradicionales. Sabe que gana simpatías por ser sumamente emocional en la construcción de su discurso: hablar de amor, odio, esperanza, futuro”. Para esta periodista se abre en El Salvador una nueva forma de hacer política desde el poder: un presidente que gobierna desde las redes sociales. “Entramos a una etapa donde la acción del Ejecutivo puede venir de las orientaciones públicas en redes sociales. Esta es la cobertura de prensa en tiempos de Twitter. Estamos frente a un presidente que no necesita de los periodistas como intermediarios frente a las audiencias, porque orientará la discusión desde las redes. No necesita a periodistas que le hagan preguntas”.

Bukele usa las redes sociales para pronunciarse sobre todo y no ha reparado en criticar a los gobiernos vecinos. Ha dicho al presidente Daniel Ortega que se le acabó el apoyo de El Salvador —el FMLN no ha condenado la represión del exguerrillero contra las manifestaciones que en Nicaragua exigen el fin de su mandato— y aseguró que “El Salvador no será otra Honduras o Nicaragua”. El 4 de abril el joven político escribió en Twitter en referencia al presidente hondureño Juan Orlando Hernández: “Parece que la narco dictadura de Honduras teme por la erosión de su apoyo en Estados Unidos. Hace bien. Pues tener un hermano preso por narcotráfico no le ayudará en sus pretensiones políticas a futuro”. Toda una bomba lanzada por quien en unas semanas tendrá que sentarse a negociar con sus vecinos las políticas a seguir en la convulsa Centroamérica.