“Holocausto venezolano” por José Romero

“Holocausto venezolano” por José Romero

No tengo la más mínima duda, en base a lo dicho y hecho por los líderes del chavismo (comenzando por el propio Chávez), que si de ellos hubiese dependido, o, mejor dicho, de haber tenido la certeza que no serían descubiertos, no habrían vacilado en construir instalaciones similares a las de Auschwitz o Treblinka para el exterminio sistemático de los opositores al régimen.

En vista de esa imposibilidad, optaron por una manera diluida, escondida detrás de diferentes formas de asesinato sistemático. Solo bastó con dejar de cumplir con sus deberes constitucionales de garantizar seguridad personal, salud pública y acceso/suficiencia de alimentos a la población.

Cuántas muertes sumarán las cifras integradas producto de todas estas circunstancias?





Les parece poco que alrededor de 4.000.000 de habitantes de un país con una población de 30.000.000 se hayan visto forzados a desplazarse fuera de su territorio nacional en menos de 3 años?

El uso de escuadrones de la muerte y amedrentamiento, a imagen y semejanza de Las Sturmabteilung o “Camisas Pardas” de Hitler, bajo las denominaciones de “colectivos”, megabandas o FAES, para contener diferentes formas de protesta y neutralizar a cualquiera que muestre algo de capacidad o liderazgo para dirigir masas inconformes.

Qué decir del nombramiento absolutamente írrito de una Asamblea Nacional Constituyente, así como  un TSJ, Fiscalía General, CNE, integrados por los mas fanáticos e inmorales delincuentes al servicio del “Socialismo del Siglo XXI”. Usados, en su conjunto, para anular cualquier posibilidad de que la ciudadanía tuviese la más remota posibilidad de hacer valer sus derechos o su voluntad mayoritaria? Además de ser usados para encarcelar bajo juicios y procedimientos absolutamente ilegales, a cualquier disidente o persona que les resulte incómoda…

Si tomamos los casos de los policías metropolitanos que el 11 de abril de 2002 defendieron unos manifestantes pacíficos de los ataques de francotiradores que les asesinaban. Para que, luego, fueran esos heroicos policías encarcelados hasta el día de hoy, con la irónica acusación de que fueron ellos quienes asesinaron justo a los ciudadanos que defendieron de los francotiradores de Chávez. Muchos de ellos habiendo cumplido esas infames sentencias,incluso, existiendo boletas de excarcelación que el SEBIN se niega a acatar o fundamentos jurídicos para medidas de libertad sustitutiva que les han sido sistemáticamente negadas, no cree ud. que es una atrocidad?

Si a usted le pareció excesivo o inapropiado el uso del término “Holocausto” tal vez sea porque está leyendo esto desde la comodidad de su cama o sofá en algún país diferente a Venezuela, argumentando para usted mismo no sentir culpa o vergüenza, que se trata de una exageración de un extremista, porque la cosa no es así de grave.

Mientras tanto, siguen muriendo niños, ancianos, hombres, mujeres…

Siguen huyendo del país hacia un destino incierto, miles y miles de venezolanos quienes no encuentran en su país ninguna seguridad de que podrán vivir… o sobrevivir sin poder suplir necesidades de alimentación, medicinas o de que algún delincuente no le arrebatará la vida o le dejará minusválido en cualquier rincón, en cualquier calle del país.

La pregunta para concluir es: De qué manera será descrita la actuación de la comunidad internacional? Porque, al contrario de lo ocurrido con las atrocidades del nazismo, en ese entonces no existía la inmediatez y contundencia de informaciones vía redes sociales, incontrovertibles imágenes acerca de lo que estaba ocurriendo, todo lo cual, hoy en día, no será excusa para la inacción de todos aquellos gobiernos que optaron por no hacer nada, o hacer poco, escondidos detrás de la retórica, el ambiguo lenguaje diplomático o la justificación de no injerencia.

En algún momento, el juicio de la historia los alcanzará, porque hay omisiones e inacciones que resultarán indefendibles cuando sean contrastadas con el cúmulo de pruebas de lo que estaba pasando en Venezuela y, aún así, no hicieron nada o hicieron insuficiente para que esas atrocidades cesaran.