A las 11:35 de la mañana, un camión 350 se para en la entrada de la emergencia del Antonio María Pineda. En la parte de atrás del vehículo viene una colchoneta sobre la que está acostado un hombre de unos 40 años que no para de quejarse. Así lo reseña laprensalara.com.ve
“¡No lo muevan así!”, decían las personas a los hombres que, desesperados intentaban bajar la colchoneta. “Esperen que llegue una camilla”, era otra de las cosas que decían a dos hombres que estaban furiosos pues se habían cansado de buscar una ambulancia en Tamaca para trasladar al paciente, pero por ningún lado encontraron un vehículo de traslado.
“Aquí hay que resolver como sea. En los ambulatorios no hay ambulancias y uno debe mover a los pacientes como animales. Como si fuesen un saco de papa”, decía uno de los hombres que cargó la colchoneta hasta el interior de la emergencia, pues cuando preguntaron por una camilla a los porteros del centro médico los trabajadores le dijeron que todas estaban ocupadas.
Treinta minutos, después una escena parecida se repite. Esta vez es una camioneta Pick-Up la que llega a la emergencia del Hospital Central con un enfermo acostado en el cajón. Los familiares, quizás conscientes de que no hay cómo movilizar a los enfermos dentro del Antonio María Pineda, cargan al paciente sin pedir ayuda y solo cuando están en la entrada de la emergencia hablan.
“Se cayó y está inconsciente”, dicen mientras uno de los vigilantes abre las compuertas del servicio. Las escenas anteriormente descritas muestran una clara violación a los parámetros establecidos por la Organización Mundial para la Salud (OMS) a la hora de movilizar pacientes; sin embargo, esta se ha convertido en la única opción de los larenses, pues la falta de ambulancia obliga a las personas a improvisar.
“Lo que está pasando en estos momentos nunca lo habíamos visto. A los enfermos los traen en perezosas en la parte de atrás de las camionetas porque no hay otras opciones. Hay personas que se han traído a sus enfermos cargados en un ruta porque en los ambulatorios no hay ambulancias“, comenta uno de los trabajadores del Antonio María Pineda que prefirió, por seguridad, no revelar su nombre.
La realidad denunciada por este trabajador es confirmada por el doctor René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en Lara, quien señala que en estos momentos no hay ambulancias disponibles en el sector público. “Según los reportes que manejamos la única ambulancia operativa que tiene la gobernación está secuestrada por la Secretaría de Salud y es la que utilizan para hacer operativos”, señala.
El directivo gremial explica que en ninguno de los grandes ambulatorios, como el de Cabudare o Tamaca no cuentan con unidades de traslado. Los hospitales que más pacientes refieren a Barquisimeto (Crespo y Simón Planas) tampoco cuentan con vehículos de traslado.
“En los municipios no hay cómo movilizar a un paciente. Las personas que se enferman y necesitan mover a un enfermo lo hacen en carro propio porque es la única manera. Es bastante delicado lo que está pasando en estos momentos”, señala Rivas.
Según pudo conocer LA PRENSA, el problema con las ambulancias no es nuevo pues ya en el 2015 la Red Integrada de Ambulancias en el estado Lara reportaba una paralización del 60 % del parque automotor. Estos números incluían la paralización o desaparición de las camionetas que en hospitales, como el de Duaca eran entregadas para visitar a pacientes en zona montañosas.
En el 2016 el Hospital Central se quedó sin ambulancia pues la que tenían fue llevada a El Tocuyo a prestar apoyo y nunca volvió. El Luis Gómez López y el Pastor Oropeza, los otros hospitales grandes que hay en Barquisimeto, tampoco cuentan con unidades de traslado pues las que estaban a disposición se han ido arrumando con el paso del tiempo.