Enrique Viloria Vera: Bolívar era palestino

Enrique Viloria Vera: Bolívar era palestino

El Ministerio Popular para la Arqueología Revolucionaria acaba de informar que la Misión Origen Nacional Indiscutible descifró un conjunto de documentos que reposaban en la Franja de Gaza y que los bombardeos israelíes han puesto al descubierto, según los cuales Bolívar era indiscutiblemente palestino y chavista.

En sendos papiros escritos en árabe dialectal se informa que Bolívar era de origen palestino, que su nacionalidad española o venezolana no era sino una ficción, una entelequia de herederos inescrupulosos que querían aprovecharse para sí de las irrisorias pertenencias que poseía al momento de morir, en especial, de los veneros venidos a menos en Aroa, de los zarzos de Cocorote y de una vieja casona en el Centro de Caracas.

De acuerdo con los expertos y reconocidos paleógrafos y paleontólogos revolucionarios, Bolívar nació en una aldea cercana a Gaza, realizó estudios primarios en Cisjordania, se forjó como luchador social y político en Rashayya, y partió para el Nuevo Mundo por el puerto de Sidón en el actual Líbano. Llegó a La Guaira con una mano atrás y otra alante, contrajo nupcias con una muy apreciada dama criolla propietaria de haciendas de caña de azúcar y de una concesión para la explotación de plata en Aroa. No tuvieron descendencia directa. Bolívar, viudo a temprana edad y heredero universal de su amada Doña, dedicó toda su vida a la lucha por la justicia en el Medio Oriente, a la denuncia del anticolonialismo y a la liberación de su natal Palestina de las pretensiones imperiales del Sionismo Internacional.





Youssef Ibrahim Bolívar Bin Luden, fue llamado así por su padre Ahmed Bin Luden, un redomado amante de la libertad del Nuevo Mundo, y fue conocido siempre, en su patria de adopción, por razones de facilidad y cercanía, simplemente como Bolívar.

Bolívar murió en Chivacoa o en Yaritagua,  hace unos años, y sólo ahora se acaba de descubrir que era verdaderamente de origen palestino, y no de Ceuta o de Macuto como sus parientes y amigos habían presumido

 

¡Paz a sus restos!

¡El  Comandante Eterno lo bendice!