Irene Olazo Mariné: Venezolano, no te dejes derrotar emocionalmente porque eres importante y valioso

Irene Olazo Mariné: Venezolano, no te dejes derrotar emocionalmente porque eres importante y valioso

 

Hace unas semanas, recibí un mensaje de texto donde se muestra un link de un artículo, el mismo se titula “Testimonio del horror: habla un torturado en una cárcel militar chavista”. Lógicamente me interesó mucho y comencé a leerlo, este articulo comienza a describir lo que fueron los 45 días de una de las víctimas que permaneció en los calabozos del DGCIM en Boleita, Caracas, el simple hecho de leerlo te hace pensar cuál sería la mejor forma de hacer pagar a los autores de esas torturas por sus graves delitos, y en un instante tu ser se llena de una mezcla de sentimientos entre tristeza, dolor, rabia, odio, indignación y frustración.





Lógicamente, me traslado a esos días donde me tocó vivir en carne propia como familiar de uno de los presos políticos que se encontraba detenido en ese momento en esas misma mazmorra que describe el artículo y automáticamente rebobine la película: cuando llegas a ese punto de una casi explosión interna y te encuentras en una encrucijada emocional.

Es tan terrible lo que en esos sótanos pasa que, el sólo hecho de estar en prevención (recepción) sientes a tu alrededor oscuridad, un peso sobre tus hombros, una negatividad tan grande que en una oportunidad que me dejaron sentada más de 3 horas esperando sólo para que subiera un funcionario a buscar unos insumos para mi esposo. Tuve que ponerme a cantar adoraciones y alabanzas para reprender eso tan feo que te trata de arropar. Imaginen lo que pueden sentir cada uno de los privados de libertad que pasan días y noches dentro de ese lúgubre lugar.

Y ¿cómo entonces puedo yo venir hablar de felicidad en mis artículos? En mis escritos anteriores hago un pequeño resumen de como a pesar de las circunstancias de vida he decido ir a encontrar la paz y felicidad y no permitir que mi derecho a ser feliz también sea robado y condicionado por aquellos quienes buscan el control absoluto de un pueblo y nos han llevado a la sumisión casi total.

He aprendido que lo único que no pueden tocar es mi corazón, mis emociones, mis valores y principios y, por ello, descubrí que nada externo puede controlar mi felicidad, por supuesto puede afectarla pero está en mi canalizarla nuevamente. Aunque parece imposible, lo que en esos momentos terribles -mientras están en esos calabozos- lo que mantiene vivos a las personas son justamente los sentimientos buenos y positivos, el amor a su familia, a su patria, se aferran a su fe y ponen todas sus angustias en las manos de Dios. Solo aquellos que a diario se llenan de ira, rabia y rencores, son los que terminan enfermándose físicamente.

Lamentablemente el odio es un veneno que se esparce muy rápido, porque es tanta la injustica y el poco valor humano que se demuestra en esos calabozos, que es lógico sentir resentimientos hacia aquellos que producen ese dolor -no solo a los privados de libertad- sino también a sus familiares.

Pero la realidad es que se encuentran en una celda 2×2 mts con 4 paredes, una puerta de acero, aislado, sin ventanas, teniendo que hacer necesidades fisiológicas en bolsas, y tienes dos opciones: o pasas ese tiempo con tu soledad, la ira, rabia y odio envenenándote a ti mismo, o la pasas contigo mismo buscando paz interna para superar ese tiempo y poder reencontrarte algún día con tus seres queridos, que para algunos son días pero para otros años.

Si fuera ustedes ¿cuál de las dos escogerían? Yo escogería la más difícil pero la que me dará mejores frutos a futuro y es la de mantenerme en búsqueda de paz, serenidad y aferrándome a las cosas más bellas de la vida que me han dado felicidad, porque de no hacerlo y tomar la otra opción les aseguro que puedo perder incluso la vida en ese intento.

Durante estos últimos años he emprendido una búsqueda de la paz interior y la felicidad, de no dejar que me derroten emocionalmente, y esta búsqueda me ha llenado de una fortaleza interna que yo misma a veces me asombro, y esa fuerza la tienes también tú, y cada uno de los seres humanos.

Te invito a que busques cómo lograr ese equilibrio interno, a pesar de todo aquella situación que puedas estar pasando. Lo sé hermano venezolano, es duro, no es fácil, ya has perdido las fuerzas y esperanzas, pero no te dejes derrotar emocionalmente, porque eres importante y valioso, tu familia te necesita, Venezuela te necesita. Comienza a buscar dentro de ti esa llama casi extinta de felicidad y verás cómo irá día a día creciendo… Si te lo propones hasta podrás ayudar a muchos más.

Debemos seguir buscando justicia y libertad, ningún delito debe quedar impune y todo aquel que ha cometido delitos debe ser juzgado con todo el peso de la ley… Buscar la paz interior y la felicidad no significa renunciar a la justicia.

Irene Olazo Marine