Alejandro Ochoa, el discípulo venezolano que fue seleccionador de Aruba

Alejandro Ochoa, el discípulo venezolano que fue seleccionador de Aruba


 

En Cancha Latina nos gustan las historias de baloncesto, nos gusta charlar con personas que viven el baloncesto con pasión y siempre tienen una historia diferente que contar. En este caso, nos hemos ido hasta Miami para hablar con Alejandro Ochoa, un entrenador oriundo de Maracaibo que trabajó como seleccionador de Aruba, una pequeña isla al sur del Caribe, y que tiene al profesor Flor Meléndez como gran inspiración en los banquillos.

En Cancha Latina nos gustan las historias de baloncesto, nos gusta charlar con personas que viven el baloncesto con pasión y siempre tienen una historia diferente que contar. En este caso, nos hemos ido hasta Miami para hablarcon Alejandro Ochoa, un entrenador oriundo de Maracaibo que trabajó como seleccionador de Aruba, una pequeña isla al sur del Caribe, y que tiene al profesor Flor Meléndez como gran inspiración en los banquillos.





Para los que no te conozcan, ¿quién es Alejandro Ochoa? “Desde chico me inicié en el Parque Rosario Solarte con mis otros compañeros, que ahora son mis hermanos. Teníamos un entrenador, el profesor Wilmer ‘Pantera’, que lamentablemente cerro la escuela y se fue a otra institución. No teníamos con quien practicar, nadie que nos guiara y decidimos inscribirnos en algunos torneos. Los otros equipos nos ganaban de paliza y tenían sus entrenadores de alto nivel. Seguimos así hasta los 20 años y ya dolía más cuando el equipo contrario se burlaba de nosotros.

“Como aquí no hay escuela de entrenadores busqué y decidí ver la LPB por televisión para intentar aprender y mejorar. Cuando vi a Flor Meléndez, me identifiqué mucho con él por la agresividad, que no le da miedo decir cosas fuertes a los jugadores ni a los árbitros. En el 2000, quedó campeón con Marinos y yo acudí a una clínica suya en Caracas. Fue una semana excelente, donde conocí a mucha gente, entre ellos a Néstor García, con el que tengo varias anécdotas y me dio muchos consejos para aprender baloncesto. Cuando regresé de aquel viaje, volví muy entusiasmado y me hice cargo del equipo Rosario Solarte, donde a la fecha siempre estamos ahora en los primeros lugares en casi todos los torneos de Maracaibo”

Háblanos de tu carrera como entrenador. “Empece con el Rosario Solarte y quedamos campeones en varios torneo B. Yo tenía ganas de avanzar mas y recibí la oportunidad de ser asistente de José Morales, entrenador de la selección de Luz, que es excelente entrenador y preparador físico. Estuve dos años con el equipo de categoría A, incluso dirigí el equipo cuando José Morales no pudo porque tenía que dar clases. Luego de esa experiencia, comencé en los entrenamientos de gaiteros, donde estaban los entrenadores internacionales. Como no me podía meter en el tabloncillo, anotaba todo de afuera sentado en las gradas. Un día le dije a Paul Romero que si podía ayudar me dijo que sí y pude hacerlo en 2014 que estuvieron Jorge Arrieta y Gustavo García. En 2015 vino esa gran persona, que es Flor Meléndez, con el Chino Infante a cargo del equipo. En 2016 no pude trabajar por problemas familiares, pero mantuve el contacto con todos los entrenadores, estudiando, porque nosotros los entrenadores somos como doctores y tenemos que estar actualizados”

¿Cómo surgió la oportunidad de dirigir a la selección de Aruba? ¿Cómo fue la experiencia? “Lo de National Aruba Basketball fue un reto y experiencia bonita y a la vez difícil, porque estaba lejos de la familia. Jean carlos ortega, quien fuese preparador físico de Gaiteros, además de un gran amigo fue a dictar una clínica por unos días, pero tuvo que irse por unos compromisos en España y me puse en contacto con Geraldo Milton, presidente de la Federación. Después de varias entrevistas me escogieron en 2016 en un proceso junto a otro entrenador italiano y otro estadounidense. Fueron seis meses, donde recibieron muy cordialmente y donde entrené casi todos los días a 80 jóvenes de diferentes categorías y se escogieron a 40 que iban a representar a Aruba en un torneo internacional en Puerto Rico. El inglés se me hizo complicado al principio, pero fui aprendiéndolo con los entrenadores de Aruba, que fueron muy amables y profesionales conmigo. Ojalá su gobierno pudiera darle más recursos para repetir estas actividades, porque hay mucho talento allí”

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