Carlos Ochoa: Estrategia lineal y estrategia lateral

Carlos Ochoa: Estrategia lineal y estrategia lateral

En una nota anterior publicada en “La Patilla” intenté explicar las tensiones del poder  político centrista y las tendencias excéntricas que se debaten en Venezuela, mencioné que cuando las tendencias excéntricas no son reconocidas ni escuchadas se puede producir un desplazamiento y sustitución del poder primario, a mi manera de ver eso está ocurriendo, Maduro y su gobierno no tienen reconocimiento porque han roto todas las reglas de juego democráticas y no tiene soluciones para solucionar ni amainar la descomunal crisis humanitaria que ha arrojado cerca de cuatro millones de venezolanos fuera de su país, pero lo más grave es que no atiende las demandas que se le hacen de muchos países para que restituya la institucionalidad en una negociación que tenga como meta unas elecciones equitativas, transparentes y creíbles.

Con la aparición en escena de Juan Guaidó se produce un alineamiento que coloca a la oposición a la ofensiva, esta alineación se debe en parte a una hoja de ruta compartida por la mayoría de los factores que hacen oposición dentro y fuera de Venezuela, se trata de una estrategia lineal que captura la esperanza de millones de venezolanos que de nuevo han salido a la calle esperanzados con un final del ciclo político del chavismo. El uno, dos y tres de cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, es decir la estrategia lineal que le ha dado tanta popularidad a Guaidó está enfrentando estrategias laterales en donde no necesariamente se plantea que para llegar a tres hay que pasar por uno y dos. Estas estrategias laterales que al principio no eran consideradas ni tenían consenso, toman fuerza por la debilidad que el factor tiempo imprime a la estrategia lineal que hay que reconocer como exitosa pero no conclusiva hasta ahora.

La reunión en Oslo y todas las reuniones futuras que se den para buscarle una salida a la crisis no van a tener éxito mientras ambas partes estén atadas a sus estrategias lineales. La estrategia lateral de llegar a tres sin pasar por uno y dos, supone que Maduro acepte la realización de elecciones Presidenciales con un nuevo CNE integrado paritariamente y con observación de organismos y países con solvencia democrática, la inmediata libertad de los más de 700 presos políticos, el reconocimiento a la crisis humanitaria y la entrada de la ayuda internacional,  anular las causas que mantienen injustamente a muchos líderes de la oposición en el exilio o inhabilitados, el reconocimiento a la Asamblea Nacional y darle final inmediato a la Asamblea Nacional Constituyente que preside Diosdado Cabello. Por su parte la oposición tendría que ceder y aceptar a Maduro hasta la elección, negociar CNE y TSJ y solicitar a los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea el ablandamiento de las sanciones que afectan a los personeros del gobierno, el Alto Mando Militar y sus familias a favor de una salida electoral.





Amigo lector pónganse la mano en el corazón y hágase esta pregunta ¿Cree usted posible que Nicolás Maduro va a ceder en una negociación con la oposición el poder revolucionario? Bien, si respondió no, a usted le quedan dos opciones, seguir apoyando a Guaidó porque es lo único que tenemos en concreto que tiene reconocimiento y apoyo nacional e internacional o aceptar con resignación que en Venezuela no hay nada que se pueda hacer porque la FAN, cubanos, rusos, iraníes, paramilitares y terroristas van a mantener a Maduro en el poder como sea sin importar el costo. Si respondió afirmativamente le queda una sola opción, rezarle a San Judas Tadeo patrón de las causas imposibles esperando que ocurra un milagro.