Crónica de una agonía: Las imágenes de la desesperación en Venezuela

Crónica de una agonía: Las imágenes de la desesperación en Venezuela

La escasez, el desabastecimiento y la inflación han transformado Venezuela tras dos décadas de chavismo. Visitar cualquier ciudad o pueblo muestra una nación en caída libre. Y Maracaibo, sede de la industria petrolera y motor económico del país con las mayores reservas de crudo del planeta, es el paradigma de este desastre. Así lo reseña xlsemanal.com

Por Texto: Jorge Benezra Briceño / Texto: Jorge Benezra Briceño





EL HAMBRE

Miguel tiene 28 años y pesa 30 kilos. Sufre hidrocefalia y malnutrición extrema. Es parte de esa población frágil –ancianos, enfermos, discapacitados y niños– que se muere de hambre en un país colapsado, pero sin una hambruna declarada. Álvaro Ybarra Zavala

 

Según la ONU, Venezuela es el país latinoamericano donde más crecen el hambre y la malnutrición. La gente se muere por falta de alimentos básicos, pero hay comida. El problema es que no tienen dinero

LA SED

En Maracaibo no hay agua corriente constante debido a los problemas con el Suministro eléctrico. Ante esta tesitura, la gente la extrae de las tuberías. El Gobierno atribuye los apagones al sabotaje; si bien el abandono, la corrupción y la falta de formación del personal ante la ‘fuga de cerebros’ que vive el país también son parte del problema. Álvaro Ybarra Zavala

 

Vecinos de Maracaibo recogen agua no potable tras reventar una tubería. Álvaro Ybarra Zavala

 

LOS SAQUEOS

El hotel Brisas del Norte, en Maracaibo, fue saqueado el 11 de marzo durante un apagón. El Gobierno cerró escuelas y empresas mientras la Guardia Nacional y ‘los colectivos’, motociclistas armados con respaldo oficial, trataban de imponer el orden. Los apagones son, además, terreno propicio para el aumento de los asesinatos. Álvaro Ybarra Zavala

 

En lo que va de año, Venezuela ha sufrido cinco grandes apagones eléctricos. El 7 de marzo empezó el más largo de la historia del país. Durante cinco días, hospitales, fábricas, transporte y suministros quedaron paralizados.

 

LOS APAGONES

Vecinos de un rascacielos de Maracaibo juegan al dominó con linternas mientras esperan a que regrese la luz. En lo que va de año, Venezuela ha sufrido cinco grandes apagones eléctricos. En la madrugada del 7 de marzo empezó el más largo de la historia del país. Durante cinco días, hospitales, fábricas, transporte y suministros quedaron paralizados. Álvaro Ybarra Zavala

 

En las calles, las familias hurgan en la basura en busca de comida; mujeres y niños aguardan a las puertas de restaurantes, mercados y centros de distribución de alimentos a la espera de
desechos.

 

LA MILICIA DEL PRESIDENTE

La Milicia Bolivariana de Venezuela es un cuerpo de civiles y exmilitares creado por Hugo Chávez en 2007 como complemento de las Fuerzas Armadas. Considerada como un «ejército político», cuenta con más de dos millones de miembros, entre militares y empleados públicos de todos los niveles. Bajo el mando directo del presidente, está entrenada para defender la Revolución bolivariana de sus enemigos internos y externos. Álvaro Ybarra Zavala

 

LA DECEPCIÓN

Deliver Chourio tiene 26 años y sufre desnutrición y una meningitis devastadora. Su madre cree que le habría dado una vida mejor si la Revolución hubiese cumplido sus promesas. «No sabe cuántas cartas he enviado al Gobierno para pedir una silla de ruedas, medicinas y una bolsa de comida mensual; incluso viajé a Caracas, pero nadie nos escucha. Con todo lo que apoyamos a Chávez…». Álvaro Ybarra Zavala

 

Esta crisis humanitaria está en el centro de la batalla por el control de Venezuela, pero los tiempos de la política y los de la vida real están muy lejos de coincidir. Mientras tanto, el país se muere lentamente.

 

ALTA TENSIÓN

Un cable de alta tensión caído sobre una calle de Maracaibo, la capital de Zulia. Este Estado venezolano es uno de los más afectados por los cortes de energía. En los últimos meses, la región ha vivido explosiones en subestaciones y el derrumbe de postes y torres de distribución eléctrica. Álvaro Ybarra Zavala

 

«Teníamos más de 12.500 industrias produciendo y hoy no llegamos a las 3000 –señala Ezio Angelini, presidente de la Cámara de Comercio de Maracaibo–. Si no hay una solución pronto, Venezuela colapsará. Ya estamos al límite».

En esta ciudad, cercana a una frontera con Colombia, donde campan a sus anchas contrabandistas, disidentes de la guerrilla y cárteles de la droga, las largas filas para comprar gasolina o alimentos son ya cotidianas; también las protestas por la falta de agua potable y la desolación de sus calles sin alumbrado eléctrico.

Maracaibo es la capital de Zulia, uno de los 23 Estados del país y el primero en contar con alumbrado público gracias a su riqueza petrolera, desde las primeras décadas del siglo XX. Aquí todavía se extrae el 60 por ciento de la producción petrolífera venezolana, aunque, tras años de desastrosa gestión e interminable crisis económica, se ha convertido en símbolo de la anarquía que afecta a todo el país, con 63 asesinatos por cada cien mil habitantes en 2018, tercera ciudad del ranking nacional. El lugar recuerda perfectamente a una zona de guerra, aunque no sea una zona de guerra.

En el Hospital Universitario –principal centro médico–, un doctor cuenta que la gente se muere por falta de alimentos básicos y que, de cada diez pacientes, nueve sufren desnutrición. No es, sin embargo, una hambruna convencional; hay comida, pero nadie tiene cómo pagarla, con salarios que apenas superan los seis dólares.

Al norte de la ciudad, en un barrio miserable y violento, nos topamos con casos aterradores de niños, jóvenes y ancianos malnutridos o con otras enfermedades; no reciben atención y viven entre paredes hechas de retazos y techos destartalados. Son desterrados en su propia patria.

Una maestra cuenta que los niños no asisten a clase porque se desmayan de hambre. En las calles, las familias hurgan en la basura en busca de comida; mujeres y niños aguardan a las puertas de restaurantes, mercados y centros de distribución de alimentos a la espera de desechos. Todos ellos conforman el retrato de un país donde a un 89 por ciento de las familias no les llega para comprar comida. Venezuela, de hecho, es el país latinoamericano donde más ha aumentado el hambre y la malnutrición en los últimos años, según Naciones Unidas.