Habla la víctima de La Manada: Lo peor no fue la situación vivida, sino todo lo que vino después

La víctima de La Manada, a la que los cinco sevillanos violaron en las fiestas de San Fermín de 2016, ha roto su silencio una semana después de que el Tribunal Supremo condenara a sus agresores por violación y no por abuso sexual, como había hecho la Audiencia de Navarra y había confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Ha sido a través de una carta enviada a «El Programa de Ana Rosa». Así lo reseña abc.es

«Buenos días. Tras casi 3 años, este proceso por fin se ha terminado. Ha sido largo, intenso y sobre todo agotador. Lo peor no fue la situación vivida sino todo lo que vino después», asegura en las líneas enviadas al programa.





«Llegado este momento puedo asegurar que valió la pena y poco a poco voy recuperando el timón de mi vida», ha explicado la joven, quien ha afirmado que no puede haber sido «más afortunada» con la «calidad» de las personas que la han ayudado.

Entre ellas, ha destacado al juez de instrucción que «nunca» dudó de ella; al abogado que le «tocó aquel 7 de julio de 2016»; la fiscal; los médicos; la policía; los psicólogos; y la pareja que la encontró.

La joven ha incidido en que no hay que olvidar que «la lucha debe seguir». «Debemos ser el cambio que quiere la sociedad. Recordad, contadlo, no les dejéis ganar a ellos», ha sentenciado.

«Son momentos en los que nadie sabe cómo actuar pero vosotros lo hicisteis fácil”, ha subrayado la víctima de La Manada, al tiempo que ha dado las gracias también a Pamplona y a Navarra «que con todo su empeño han hecho más fácil que alguna vez» pueda volver.

Además, ha dado las gracias a aquellas asociaciones y personas por llevar su situación «a la calle, formando un eco por todos los rincones de España».

«Gracias por no haberme dejado sola, os estaré eternamente agradecida pero yo no soy ninguna heroína. La fuerza para continuar muchas veces me la ha dado todo el calor y apoyo que he sentido en este camino», concluye la carta.

En julio de 2016, durante las fiestas de San Fermín, José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Ángel Boza, Jesús Escudero y Antonio Manuel Guerrero violaron a una joven madrileña que por entonces tenía 18 años. Tras la denuncia, los cinco miembros de La Manada ingresaron en prisión, de donde salieron el pasado año al haber cumplido el plazo de prisión provisional mientras se solucionaban los recursos interpuestos ante la Justicia.

Durante el juicio, los jóvenes aseguraron que las relaciones sexuales habían sido consentidas, de manera que, tras condenarlos la Audiencia de Navarra por abuso sexual, recurrieron la sentencia para que se les absolviera. Las otras partes pedían endurecer la condena y que fuera por violación. El Tribunal Superior de Justicia de Navarra confirmó la sentencia por abusos, por lo que las partes fueron al Tribunal Supremo donde finalmente, casi tres años después, se les condenó por violación.