Caso Albán y Acosta Arévalo, dos muertos en custodia del Régimen

 

La muerte del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo es una práctica más del régimen de Nicolás Maduro para seguir sembrando el terror en los ciudadanos y al mundo militar venezolano.





Por: Lapatilla.com

El Capitán se encontraba detenido desde el pasado 21 de junio de 2019 y estaba bajo la custodia de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). Jorge Rodríguez lo acusó de ser parte de un supuesto plan de Golpe de Estado, en el que -según el psiquiatra- Acosta Arévalo iba a entrar a las bóvedas del Banco Central de Venezuela (BCV) y robaría el parque de armas, los camiones blindados para presuntamente “tomar el Palacio de Miraflores y asesinar a Nicolás Maduro”.

Fuentes militares revelaron a lapatilla.com que el Capitán fue trasladado para su audiencia de presentación en el Tribunal Militar por una comisión del Dgcim. “Al llegar allí, se encontraba en una silla de ruedas con grandes evidencias de torturas, presentaba incapacidad motora, no podía mover las manos ni los pies, tenía muchas excoriaciones en los brazos, poca sensibilidad, extremadamente inflamado y las uñas con rastros de sangre”.

“Sus palabras solo fueron aceptar el nombramiento del defensor y decir ‘auxilio’ y ‘ayúdame a pararme, yo puedo, yo sé que puedo'”. El juez, al ver su estado, ordenó que fuera trasladado al Hospitalito, ya que así no podía hacerle la audiencia.

Al parecer, este sábado 29 de junio debía ser trasladado nuevamente al tribunal para continuar con la audiencia. Sin embargo, nuestra fuente nos indicó, que “siendo las 12 del mediodía, el juez de la causa comunicó que el ciudadano Rafael Acosta Arévalo había fallecido en la noche anterior en el Hospitalito y que no tenía más información”.

La noticia sale a luz pública por la defensora de los derechos humanos Tamara Suju; sin embargo, para el momento de la redacción de esta nota no hay un parte oficial de los funcionarios del régimen sobre lo ocurrido.

Esta muerte, dolorosa por supuesto, demuestra y deja en evidencia una vez más lo que es capaz de hacer la dictadura del Nicolás Maduro para sostenerse en el Poder, para sembrar miedo, amedrentar y culpar a inocentes y de atrocidades.

 

 

Lo sucedido con el Capitán de Corbeta Acosta Arévalo, también ocurrió con Fernando Albán, concejal por el municipio Libertador, y otros muchos que han muerto en los calabozos de los centros supuestamente “de custodia” de la dictadura, y que han sido los autores de las torturas físicas, mentales, así como por la falta de atención médica que han presentado los hoy occisos.

Albán falleció el pasado 6 de octubre, según el régimen el concejal de Caracas presuntamente se suicido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Sin embargo, tras su muerte muchos aseguraron que el grado de tortura que mostraba su cuerpo era grave.

En su momento, Julio Borges denunció que Albán fue lanzado al vacío cuando ya había fallecido, mientras que el diputado a la AN, Juan Miguel Matheus, añadia que el edil fue torturado con electricidad, además de señalar que lo asfixiaron.

Al igual que el C/C Acosta Arévalo, Albán estaba detenido por supuestamente ser parte en un nuevo complot para asesinar al presidente Nicolás Maduro y en “actos desestabilizadores”.