La resistencia de los oficiales de la Fuerza Armada torturados en la Dgcim

La resistencia de los oficiales de la Fuerza Armada torturados en la Dgcim

Militares custodian la entrada del Comando General de la Armada Bolivariana este lunes en Caracas (EFE/ Rayner Peña R.)

 

 

En los sótanos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) se ha ido gestando un movimiento de resistencia que ya tuvo su primer episodio, cuando los detenidos por razones políticas, conspiración o Traición a la Patria e Instigación a la Rebelión, decidieron exigir el restablecimiento de sus derechos. Un manto de silencio cae sobre la institución militar, pero en ese frío, apestoso y tenebroso lugar, una hoguera de indignación estalló, publica Infobae.





Las noches son los momentos más siniestros. Es cuando resuenan con mayor claridad los gritos de los torturados o cuando la noche se hace tan larga como el dolor, el miedo, el ocio, la angustia, la añoranza por la familia, la indignación por el trato abusivo que reciben de sus compañeros de armas, es el momento de repasar si valió la pena el sacrificio por ser el mejor de su promoción o para ascender, si se equivocaron al esforzarse por vestir el uniforme, es el momento de perdonar a algunos y de odiar a otros; pero también el de tener miedo porque se pierden los logros, el llanto o la sonrisa de sus hijos, del amor de sus mujeres, de la nostalgia y la ternura.

Fue el martes en la noche cuando luego de tanto soportar torturas, humillaciones, amenazas y coacción, los militares decidieron enfrentar al monstruo que por meses los ha asechado, aterrado y humillado.

No es motín de encarcelados. Es un movimiento de verdadera resistencia. Entre esos militares no hay presos comunes. Hay entre ellos un grupo importante de los hombres más inteligentes y preparados de la Fuerza Armada. Está el teniente coronel Igber Marín Chaparro del Ejército, considerado uno de los más altos promedios históricos de la Academia Militar del Ejército y un líder militar nato.

Ahí se encuentra el general de Brigada Héctor Armando Hernández Da Costa, el mejor de su promoción, quizá el oficial de la Guardia Nacional más destacado de las últimas décadas, con una imagen impecable de liderazgo y ascendencia ética y moral.

Sin duda que por la Armada, la presencia del capitán de Navío Luis De La Sotta Quiroga le imprime fuerza al cuadro de oficiales líderes y talentosos, no solo por ser un oficial Comando, de los más respetados de la Unidad de Operaciones Especiales, sino con gran ascendencia entre sus subalternos y superiores.

Qué solicitan

Los militares en resistencia hicieron algunas exigencias, reclamaron la presencia de la Comisión que Verónica Michelle Bachelet Jeria, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, dejó en Venezuela. Pero los comisarios de esa comisión nunca llegaron a la DGCIM.

Exigieron los militares que se les diera el traslado a quienes tienen orden del tribunal para ello. Reclamaron condiciones dignas, derecho a recibir sol, a que se les respeten las visitas familiares, a no ser torturados, etcétera. En el caso de Marín Chaparro, tiene dos meses sin recibir visita de familiares ni abogados. Exigieron que se atienda a Rocío Ramírez, pareja del general Miguel Rodríguez Torres, quien tendría hepatitis y significa un alto riesgo de contagio para todos los detenidos.

Familiares, abogados y periodistas se aglomeraron alrededor de la sede principal de la DGCIM en Boleíta, en espera de información oficial. Pasaron las horas. La angustia se reflejaba en los rostros de quienes declaraban, sobre todo esposas y madres de los detenidos.

Aunque el miércoles es un día de visita para que los abogados se reúnan con sus defendidos, no les permitieron ingresar. El recién ascendido a Mayor, Jorge Díaz Andrade, Comandante de la Compañía de Seguridad (soldados), amenazó a los periodistas, que estaban en la calle, que si no se iban del lugar serían detenidos, como lo denunció la ONG Espacio Público.

Puertas adentro de la DGCIM hubo gran revuelo. Les cortaron la electricidad a los detenidos para obligarlos a deponer actitudes. No les bajaron alimentos. Pero han sido tan maltratados que parecen blindados para soportar el macabro lugar.

El general Rafael Blanco Marrero, subdirector de la Dgcim, bajó al sótano para tratar de llegar a un acuerdo con los detenidos. Entre las promesas que hizo es que se cumplirían algunos traslados, también que se tomarían medidas para que reciba atención médica la pareja de Rodríguez Torres, y otras que no se sabe si las cumpla.