Ramón Peña: Estrategas del teclado

Ramón Peña: Estrategas del teclado

¿Luz al final del tunel? Pareciera que en Barbados algo se avizora. Alli pudieran aparecer los primeros trazos para una hoja de ruta. Un itinerario concreto en condiciones, destino y tiempo. Hace seis meses, Juan Guaidó, anunció los tres objetivos que se proponía alcanzar. Desde entonces, acompañado por la Asamblea Nacional y el apoyo popular expresado en multitudinarios cabildos, ha explorado los caminos factibles, sin agotarse en una sola opción.

Todas las iniciativas, domésticas o foráneas: ayuda humanitaria, intervención extranjera, articulo 187-11, R2P, Tiar, rebelión militar, ninguna ha sido ignorada, algunas puestas a prueba, otras resultaron frustradas, otras sencillamente no son factibles, o no están en sus manos. Frente a cada opción ha primado el sentido de realidad. Hoy, es la negociación, ese vocablo satanizado por algunos, que abriría una salida realizable. Naturalmente, con los costos inherentes a toda transición negociada, pero que puede dar lugar a algo concreto y expedito. Innecesario explicar que el país, por la disolución total que lo amenaza, no puede esperar más.

Resulta inadmisible cómo, en la bulimia de las redes sociales, persiste el tecleo descalificador de todo cuanto Guaidó ejecuta o propone. Supuestos cerebros políticos, desde adentro, o desde confortable estancia foránea, pero todos sin hasta ahora proponer nada concreto, realizable y oportuno.





Caen de perla las lecciones de ese eminente jurista venido de España, Don Manuel García Pelayo, fundador de la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela, citado por Marcos Villasmil en un reciente articulo suyo. Decía este ilustre maestro que todo político debe reunir las siguientes cualidades: “ 1) saber qué se quiere; 2) saber qué se puede; 3) saber qué hay que hacer; 4) saber cuándo hay que hacerlo y 5) saber cómo hay que hacerlo”. Normas por las que claramente se ha orientado Guaidó, sin embargo, un test que difícilmente aprobaría alguno de los llamados “estrategas del teclado”.