Caracas y Maracaibo, de la vitrina al martirio

Caracas y Maracaibo, de la vitrina al martirio

Caracas
(COMBO) Esta combinación de imágenes creadas el 27 de julio de 2019 muestra
vehículos con sus tanques rellenados en una estación de servicio en Caracas el 25 de julio de 2019 y vehículos en cola para llenar sus tanques en una estación de servicio en Maracaibo, estado Zulia, Venezuela, el 23 de julio de 2019. Crisis después de cinco años de recesión agobiante en la que su población ha enfrentado muchas dificultades, como la escasez de necesidades básicas y servicios públicos deficientes. Pero la crisis que devastó a Venezuela no tiene la misma intensidad en todas partes del país, su capital, Caracas, es la menos afectada. (Fotos de Yuri CORTEZ y Federico PARRA / AFP)

 

Gendry enfurece al ver un video de un hombre que cargó gasolina en cinco minutos en Caracas; él ha pasado tres días en fila en Maracaibo. La crisis asola a toda Venezuela, pero no por igual.

“Me indigna que estemos en el mismo país y seamos una cosa allá y otra acá”, dice Gendry Parra, comerciante de 44 años, desgranando lamentos: no tiene agua, los apagones duran días y tampoco hay gas ni dinero en efectivo.





El hombre del video es Alberto Arriechi, cuya única inquietud es conseguir nafta de alto octanaje.

Arriechi se reconoce privilegiado frente a millones de venezolanos del interior, donde la escasez de combustible arreció en abril por una caída en la refinación y falta de liquidez para importarlo. Da “gracias a Dios”.

Como todos los caraqueños, este ingeniero de 29 años quedó excluido del racionamiento eléctrico que aplica el gobierno de Nicolás Maduro, tras una ola de apagones desde marzo.

Los venezolanos volvieron a quedar a oscuras el lunes: por siete horas en Caracas y hasta 48 en provincia.

Algo similar pasa con la gasolina: en ciudades como Maracaibo denuncian cobros en dólares; a Arriechi le bastan unos pocos bolívares para pagar el ridículo precio: con un dólar se compran en teoría 855 millones de litros.

Según el privado Observatorio de Servicios Públicos, ocho de cada diez habitantes de Maracaibo consideran negativa la calidad del suministro de agua y electricidad.

Caracas, con seis millones de habitantes, tiene la mayor percepción positiva del servicio de energía, 75%.

Para Gendry son dos películas: una ingrata para la mayoría, aunque llevadera, y otra de “terror” en la segunda ciudad del país.

 

caracas
Se ven puestos cerrados en el mercado de huir en Maracaibo, estado Zulia, Venezuela, el 23 de julio de 2019. – Venezuela se ve sacudida por una crisis económica después de cinco años de recesión agobiante en la que su población ha enfrentado muchas dificultades, como la escasez de alimentos básicos. Necesidades y servicios públicos deficientes. Pero la crisis que devastó a Venezuela no tiene la misma intensidad en todas partes del país, su capital, Caracas, es la menos afectada. (Foto de Federico PARRA / AFP)

 

– “Todo ha empeorado” –

A orillas del Lago de Maracaibo, Johannis Semprún corrobora esa desdicha. “¿Agua? ¡Uh! Desde noviembre no baja”.

Es tal el deterioro del petrolero estado Zulia, del que Maracaibo es capital, que sus habitantes aseguran vivir un “martirio”.

“Ahorita sí hay luz. Y digo bien: ‘ahorita’. No te extrañe que dentro de un rato se vaya”, advierte Johannis, de 37 años, con seis hijos y un esposo discapacitado. Allí, los apagones completan una década y el transporte agoniza.

“Todo ha empeorado”, suspira recordando la gloria pasada de Maracaibo, primera en conocer la electricidad en Venezuela.

Esta urbe, donde el calor derrite, disfrutó la bonanza petrolera, pero la crisis la hundió. La producción se derrumbó de 3,2 millones a 1 millón de barriles diarios en una década.

Víctima de una economía reducida a la mitad en cinco años y dolarizada de facto, Johannis retiró a sus hijos del colegio y ahora comen en una iglesia evangélica.

“La pobreza ha aumentado”, comenta Isabel Castro, responsable del lugar, donde una treintena de niños festeja el almuerzo: una sopa con fideos y algo de carne.

 

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Los vendedores ambulantes venden productos en la acera frente a una tienda cerrada en Maracaibo, estado Zulia, Venezuela, el 23 de julio de 2019 durante un corte masivo de electricidad que afectó a partes del país, incluida la capital, Caracas. – Venezuela se ve sacudida por una crisis económica después de cinco años de recesión agobiante en la que su población ha enfrentado muchas dificultades, como la escasez de necesidades básicas y servicios públicos deficientes. Pero la crisis que devastó a Venezuela no tiene la misma intensidad en todas partes del país, su capital, Caracas, es la menos afectada. (Foto de Federico PARRA / AFP)

 

– Caracas, “vitrina” –

Harto de las disparidades, Warin Guerrero, dirigente ganadero de Barinas (oeste), pidió a los productores no enviar más comida a Caracas.

“Allá no existe ningún problema (…), somos tratados como venezolanos de segunda”, dijo. Los alimentos siguen llegando.

Los privilegios tienen raíces en un centralismo histórico; ahora responden a un sesgo del gobierno, opina Andrés Cañizalez, experto en comunicación política.

“Existe la creencia de que si hay un estallido social en Caracas, se extendería a todo el país; que si mantenemos a Caracas relativamente bien, si no se rebela, el resto funciona”, añade.

La capital también es una “vitrina” frente a embajadores y extranjeros, una “operación propagandística”, sostiene.

Buscando mejores condiciones, algunos se mudan a Caracas, lo que según el analista Henkel García se refleja en una mayor demanda de alquileres.

La aparente normalidad caraqueña incluye una mayor oferta de productos, que hace olvidar colas y estantes vacíos. Proliferan bodegones de bienes importados, con precios en dólares.

Una fantasía, pues pocos pueden pagar con salarios destruidos por una inflación que -según el FMI- alcanzará 10.000.000% este año.

En el mercado de Las Pulgas, en Maracaibo, es común que los pobres compren huesos y vísceras.

 

Caracas
Una niña levanta los brazos para que su padre la sostenga en una casa en Maracaibo, estado de Zulia, Venezuela, el 10 de junio de 2019. – Venezuela sufre una crisis económica después de cinco años de recesión agobiante en la que su población ha enfrentado muchas dificultades. tales como una escasez de necesidades básicas y servicios públicos deficientes. Pero la crisis que devastó a Venezuela no tiene la misma intensidad en todas partes del país, su capital, Caracas, es la menos afectada. (Foto de YURI CORTEZ / AFP)

 

– “¡Me da igual!” –

Empleada de limpieza de 49 años, Josefina Galindo sintió “rabia, impotencia”, tras escuchar el precio del café en un bodegón: 15 dólares por 250 gramos. Gana 9 dólares.

“Es como si lo estuvieran corriendo a uno de la tienda”, lamenta.

Con la bonanza, el Estado entregó dólares subsidiados a manos llenas para importar; el festín duró una década y hoy la producción cubre un cuarto de las necesidades.

Quienes pueden pagar en dólares son una minoría, aunque las remesas crecen por la migración, dice el presidente de la privada Consecomercio, Felipe Capozzolo.

Aun en la burbuja, Josefina lleva más de un año sin comprar carne. Camino a casa pasa por un mercado callejero: “Lo que hago es puro ver carne y precios”.

Fuera de la burbuja, en Maracaibo, Roberto (nombre cambiado) se unirá a los cuatro millones que huyeron de la crisis desde 2015, según la ONU. “Me iré a Chile en camión, en bus. ¡Me da igual!”.

AFP

 

Caracas
Productos exhibidos para la venta en el mercado de huir en Maracaibo, estado Zulia, Venezuela, el 23 de julio de 2019. – Venezuela se ve sacudida por una crisis económica después de cinco años de recesión agobiante en la que su población ha enfrentado muchas dificultades, como la escasez de alimentos básicos. Necesidades y servicios públicos deficientes. Pero la crisis que devastó a Venezuela no tiene la misma intensidad en todas partes del país, su capital, Caracas, es la menos afectada. (Foto de Federico PARRA / AFP)