Francisco Bello: El Foro, Maduro y las FARC

Francisco Bello: El Foro, Maduro y las FARC

 

Ver en la pantalla del televisor las imágenes del Foro de Sao Paulo es como un viaje al pasado…





No hace falta escuchar los obsoletos y caducados discursos en los que tratan de disfrazar de ideología su vocación autoritaria; ni soportar las arengas populistas con las que esconden su último fin: Hacerse con el poder o mantenerlo por el poder mismo, como instrumento de beneficio propio, sin importar los mecanismos, ni cuanto sufrimiento puedan causar con su ambición. Basta con mirar sus caras, sus anacrónicas vestimentas, sus desusadas  formas, sus sonrisas fingidas, su efervescencia posada, sus vetustas consignas que repiten con un tono aprendido pero sin ningún tipo de emoción, que son la representación visible de sus sentimientos, de lo que realmente llevan por dentro, que pudiera definirse como una enfermedad que conjuga la codicia desmedida y el complejo.

Para quienes creemos en la democracia, en el ser humano y en sus libertades como centro de la acción política, este encuentro, no representa en sí mismo más que un desagradable espectáculo, sin embargo, hay algunos agravantes que trascienden lo elemental y deben llamarnos la atención.

Aunque no quiero caer en la tentación de centrar este artículo en los exorbitantes gastos en que incurrió el régimen para atender los excesos y los lujos de quienes se proclaman de izquierda, no se puede dejar de condenar el uso de $ 200 millones para estos fines cuando millones de compatriotas están muriendo de hambre. Tampoco quisiera centrarme en lo evidente: El espaldarazo a Maduro, porque no se podía esperar otra cosa de chulos ni cómplices; como también era previsible que la defensa de Cuba y Nicaragua tuviera un espacio importante junto con los altisonantes ataques a Estados Unidos y al Presidente Trump.

Ahora bien, que Maduro en vez de aprovechar ese escenario para agradecer y tratar de hacer ver más importante de lo que realmente es, el apoyo de sus aliados, coloque como centro y clímax de su mensaje las groserías contra el Presidente Uribe y la invitación a las FARC y dos de sus más connotados directivos a Venezuela, realmente llama la atención y nos hace pensar que algo traman que trasciende la retórica y lo político. Disparando desde la cintura pudiéramos suponer, por ejemplo,  que el régimen está buscando ayuda, a través de grupos irregulares, para impedir otro intento de ingreso de la ayuda humanitaria desde Colombia a consecuencia del TIAR.

Pues no señor Maduro, la mayoría de los Venezolanos no le damos la bienvenida a una organización conocida por su crueldad al violentar los derechos humanos, señalada de haber cometido cerca de  35.000 asesinatos, con clara vinculación y participación en la producción y el tráfico de drogas, responsable de innumerables secuestros y ataques masivos con explosivos, que evidencia su calaña al convertir niños en soldados. Tampoco, a título personal, podemos darle la bienvenida ni a Iván Márquez ni a Jesús Santrich, quienes son prófugos de la justicia con infinidad de crímenes comprobados.

A estas alturas del partido, el mundo y por supuesto, la sociedad latinoamericana, se ha dado cuenta de lo que significa el Foro de Sao Paulo, lo que representa la izquierda trasnochada que lo conforma, su incapacidad para generar la prosperidad de los pueblos y los verdaderos intereses de quienes la lideran; es por eso que de 18 países de la región que llegaron a ser gobernados por sus miembros, hoy permanecen solo en 8, principalmente pequeños (salvo México y Venezuela)  y la mayoría de ellos, aislados y en fase terminal.

Es muy poco lo que este agonizante Foro puede ayudar al régimen, sin embargo representa un recordatorio para nuestra dirigencia y nuestros aliados del mundo, de quiénes manejan los hilos de la dictadura venezolana y cuáles son las razones por las que urge dar pasos contundentes para cesar la usurpación cuanto antes.