Luis Barragán: Exponencialmente, +10

Luis Barragán: Exponencialmente, +10

Luis Barragán @LuisBarraganJ

 

La Venezuela entristecida de estos años, entre otras noticias tristes, se ha entristecido aún más con la novedad. Indispensable reiteración para referirnos a quien hizo de ésta, una inagotable experiencia estética que, por cierto, acumulamos para abrir – diciéndonos ahora sorprendidos – las puertas de un siglo de colores sombríos y de perspectivas resignadas.

Apenas transcurridas unas horas, es mucho lo que ya se ha dicho de Carlos Cruz Diez. Constructor también del otro país que las más recientes generaciones aún no conocen, desde la civilidad, es ejemplo de una larga trayectoria de perseverancias, pues, con un dominio extraordinario de la técnica pictórica y de las viejas escuelas, hizo de sus intuiciones creadoras un poderoso motivo para la paciente y militante investigación que, en el curso de los años, desembocó en obras ineludibles que sólo se explican en, con y para el movimiento, como lo precisó en su “Reflexión sobre el color” (1989).





De las tiras cómicas que hizo para la revista Élite o las ilustraciones de también grueso trazo que lo llevaron a El Farol, entre los ’40 y ’50 del ,XX, pasamos al desbarbado y joven pincelador que, además, inventaba el objeto de su pincelamiento, faltando todavía algo para los ’60. Absolutamente nada improvisado, reinventó la espontaneidad del movimiento, y le dio la otra mirada que, en la modesta muestra que hemos recogido de aquellos años (Lbarragan.blogspot.com), parte de un personal proyecto de investigación varias veces postergado, revela aquellos actos conscientes, igualmente inspirados, capaces de capturar el propio dinamismo existencial.

Nada extraña que +10 tuviese, muy después, un desenvolvimiento cómodo y confiado en el ámbito de la arquitectura y en el del diseño gráfico, autorizando – digamos – la industrialización de esa mirada. Dos áreas que, fundando escuela propia, dejan el sello de sus típicos colores, líneas y relieves, en manos de futuros investigadores y difusores.

Reencontrar la libertad en nuestro país, significa hacerlo con el afán creador del maestro, por siempre disciplinado maestro. Y nunca más borrar los pasos peatonales que ideó para nosotros, permitir que un desvergonzado gobernador haya destrozado la larga pared de los juegos cromáticos en el estado Vargas, u olvidar que podemos orar a Dios a través de los vitrales que llevan – justamente – medio siglo en la Iglesia de Santa Teresa, Caracas.