Gustavo Coronel: El cáncer puede curarse con cirugía o quimioterapia, no hablando de curarlo

Gustavo Coronel

 

Una de las enfermedades más terribles que aquejan a los seres humanos es el cáncer. Ha sido por muchos años una de las tres principales causas de mortalidad. Aqueja a niños, jóvenes y ancianos por igual. Hace 50 años tenerlo equivalía a una sentencia de muerte. Hoy en día sigue matando millones de seres humanos pero hay otros millones quienes se definen como sobrevivientes de la terrible enfermedad, gracias a los adelantos de la medicina. Un sobreviviente de cáncer permanece vivo cinco o más años después de ese diagnóstico y, en casos de identificación temprana, muestran una curación total.

Las dos grandes armas que la medicina ha encontrado para luchar contra el cáncer son la cirugía y la quimioterapia/radiaciones. La cirugía arranca el tumor canceroso del cuerpo del enfermo y la quimioterapia y/o las radiaciones inhiben la proliferación de células cancerosas e impiden su viaje a otras regiones del cuerpo, lo que llaman las metástasis. Generalmente las dos herramientas son utilizadas en combinación. Hoy en día la tasa de curaciones en base a este protocolo es significativa y ya el cáncer no representa, necesariamente, una sentencia de muerte.





Hay quienes buscan medicinas alternativas, o rezan o acuden a los brujos, en casi todos los casis cuando el paciente está en su fase terminal, pero las curaciones de este tipo que pueden documentarse son muy escasas.

Hablo de esto porque creo que representa un buen símil de lo que le sucede a Venezuela. Nuestro país está muriendo de cáncer. Por 20 largos años esta enfermedad se ha ido incubando en el organismo nacional y hoy se encuentra en una etapa avanzada, lo que en medicina se llamaría etapa 4. Las posibilidades de muerte del país son altas, definiendo muerte como su ingreso a un nivel mediocre o hasta miserable de desarrollo social y económico, al nivel de los países más atrasados del planeta, un nivel del cual le costaría mucho salir una vez lleguemos allí, para lo cual honestamente no falta mucho.

No creo exagerar al situar a Venezuela como un país afligido por un cáncer social, político y económico de etapa 4. Las estadísticas así lo demuestran. Es un diagnostico irrefutable y comprobado por las estadísticas de todo orden y por la evaluación que la comunidad internacional ha hecho del país. Quien lo niegue lo hace por razones ideológicas que ya lucen absurdas a la luz de la realidad.

Y, entonces, digo: Como es posible que todavía se piense y se promueva que la salida para la tragedia venezolana es el dialogo con el tumor,, el acercamiento con las células cancerosas, la disposición a permitirles a esas células a formar parte del nuevo organismo, cuando debería saberse que ello equivale a una condena de metástasis?

El organismo social no es muy diferente en su fisiología y su patología al organismo del ser humano individual. Así como el tratamiento del cáncer en el ser humano es hoy holístico, integral, quirúrgico y químico, así el tratamiento del cáncer social, económico y político que representa el tumor chavista/madurista debe ser integral, de extirpación quirúrgica y de intensas sesiones de quimioterapia y radiaciones, lo que en el caso venezolano se ha dado en llamar sanciones.

Lo único que puede curar a Venezuela de su cáncer es una combinación de sanciones severas en contra del régimen (quimioterapia) combinadas con una insurgencia interna y una intervención externa (cirugía).

Si acudimos a la medicina alternativa y a tratar de apaciguar a las células cancerosas con emplastos y sonrisas, el paciente se morirá.

Así de sencillo.