Ramón Peña: Cleptoparasitismo

El reino de la política reúne una fauna de incontable diversidad. Es también ilimitada la manera cómo sus diferentes especies sobreviven y tienen éxito. En nuestro historial político, hemos visto desfilar ejemplares de todo pelaje, buenos unos, menos buenos otros, invariablemente movidos por el fin último que es el poder. En tiempos recientes ha despertado nuestra curiosidad un espécimen que evoca cierta semejanza con el comportamiento de algunas especies animales.

La comparación parte de observar una pequeña patota de dirigentes, provenientes de distintos partidos -algunos desaparecidos, otros agónicos- que se desplazan como merodeadores, deambuladores, que husmean a la caza de algun espacio, oportunidad o resquicio. Siempre a la zaga de los dos actores mayores enfrentados, buscando cualquier vacío para ocuparlo y aprovecharse. Lo que hacen puede parecer legal y lícito, pero solo para beneficio propio, porque son indiferentes a las consecuencias de su acción, aun si socava la fuerza que lucha por detener la tragedia que vive el país.

Este grupete se hizo visible el 20 de mayo de 2018, fabricando una alternativa democrática –abruptamente anti-unitaria- que despertó interés entre algunos incautos, pero solo sirvió para cohonestar el propósito del hampa gobernante. Hoy, apuestan al desgaste de –entre otros- el intento de negociación que hace el movimiento democrático unido, respaldado por el significativo apoyo internacional logrado hasta el presente. Se ofrecen, de manera taimada, como plataforma opcional para una salida, que solo abonaría el terreno para jugadas dilatorias de la tiranía, como, por ejemplo, unas fulleras elecciones legislativas. Allí, por supuesto, esta patota cosecharía sus beneficios.





Los científicos que estudian el reino animal califican como cleptoparásitos a aquellas especies –aprovechadas- que buscan presas, nidos o materiales que no pueden capturar por sí mismos, beneficiándose del trabajo del otro y ahorrándose el tiempo y el esfuerzo requerido para obtenerlos. La mención puede sonar impertinente, pero ayuda a ilustrar el tema…