La jefa de gobierno de Hong Kong afirmó que no renunciará en medio de una nueva jornada de caos y protestas

Las personas dentro de un restaurante observan a los manifestantes asistir a una manifestación en apoyo de la huelga en toda la ciudad y pedir reformas democráticas fuera del Complejo del Gobierno Central en Hong Kong, China, el 5 de agosto de 2019. REUTERS / Kim Kyung-Hoon

 

La jefa del gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, afirmó el lunes que no tiene planes de renunciar al cargo, después de que el enérgico movimiento prodemocracia convocara una huelga general para el lunes que supuso la cancelación de 100 vuelos e importantes interrupciones del tráfico.

La ciudad semiautónoma china está “a punto de entrar en una situación muy peligrosa”, afirmó Lam, afirmando que las protestas tienen “motivos ocultos” que amenazan la prosperidad y seguridad de Hong Kong.





“En este momento no creo que mi renuncia ni la de algunos de mis colegas ofreciera una solución mejor”, afirmó.

Los manifestantes paralizaron el tráfico en la hora punta de la mañana bloqueando trenes y acceso a andenes, impidiendo que los vagones de metro y trenes de corta distancia salieran de sus estaciones. Activistas enmascarados se negaron a moverse de los puntos de entrada de los trenes en varias estaciones, y algunos de los pasajeros atrapados en andenes abarrotados necesitaron asistencia médica.

La policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que bloquean una autopista urbana en el barrio popular de Wong Tai Sin.

Más de 100 vuelos fueron cancelados en el aeropuerto de Hong Kong después de que muchos empleados del aeropuerto dijeran estar enfermos, al parecer participando en la huelga general, según medios hongkoneses. Cathay Pacific y otras operadoras locales como Hong Kong Airlines fueron las más afectadas, según la televisora pública RTHK. También quedó suspendido el servicio del tren expreso al aeropuerto.

Pasajeros reflejados en la puerta a un tren en un andén de metro mientras esperan a que se restablezca el servicio en la estación de Fortress Hill MTR en Hong Kong, el lunes 5 de agosto de 2019. (AP Foto/Vincent Thian)
Pasajeros reflejados en la puerta a un tren en un andén de metro mientras esperan a que se restablezca el servicio en la estación de Fortress Hill MTR en Hong Kong, el lunes 5 de agosto de 2019. (AP Foto/Vincent Thian)

 

Las protestas y la huelga en siete distritos de la ciudad continuaron el lunes tras un fin de semana de choques en las calles entre manifestantes y policía antimotines. Los últimos sucesos forman parte de un verano de agitadas manifestaciones desatadas en junio contra una propuesta de ley para reformar el proceso de extradiciones, y que habría permitido enviar a China a residentes en el territorio para ser juzgados allí.

Aunque el gobierno ha suspendido la iniciativa, las protestas evolucionaron para incluir demandas más amplias de reformas democráticas y una investigación sobre supuesta brutalidad policial.

El gobierno central en Beijing, liderado por el Partido Comunista, ha condenado lo que describe como manifestantes violentos y radicales que han cometido actos vandálicos contra símbolos y banderas nacionales chinas en incidentes paralelos a grandes manifestaciones. China ha acusado a “fuerzas extranjeras” no identificadas de incitar las manifestaciones por un deseo de frenar el desarrollo del país.

En el noticiario del mediodía en la televisora estatal CCTV, un presentador leyó en voz alta un firme editorial titulado “El caos en Hong Kong no debe continuar”.

“Advertimos a esos maniacos y vándalos que pretenden continuar desordenando Hong Kong aferrándose a una fantasía que deben pagar un precio por su salvaje venganza”, decía el editorial “De modo que por favor, sean conscientes de sus errores, retráctense de su senda incorrecta y guarden los cuchillos de carnicero”.

Hong Kong, una ex colonia británica, fue devuelta a China en 1997 dentro de la filosofía “un país, dos sistemas”, que prometía a la ciudad algunas libertades democráticas inexistentes en la China continental. Sin embargo, algunos residentes en el territorio creen que Beijing ha ido recortando sus libertades en los últimos años.

Beijing debería considerar un diálogo con los manifestantes a través de Lam, señaló la legisladora prodemocracia Claudia Mo.

“Confiamos en que la gente informada en Beijing al menos ofreciera algo de sinceridad al sugerir a través de Carrie Lam ‘De acuerdo, ustedes quieren democracia, quizá podamos hablar'”, dijo Mo el lunes. “Podemos hablar. Solo dos palabras. Y quizá eso pueda ayudar a calmar a la sociedad”.

Con información de AP