Luis Barragán: Marxo-criminología

Luis Barragán: Marxo-criminología

Luis Barragán @LuisBarraganJ

 

La imposición del socialismo en Venezuela, coincide con el mayor auge y perfeccionamiento que ha tenido el delito en toda su historia. Incluso, no se explica el uno sin el otro.

Cualesquiera sean los hechos, revientan las estadísticas. Y adquieren, a la vez, un alto perfeccionamiento los cerebrales y una mayor brutalidad los de sangre: lo más sofisticado de la ingeniería financiera en un país en el que las divisas las recibe y monopoliza el Estado, guarda una macabra correspondencia con el descuartizamiento de una o varias personas, “en una noche tan linda como ésta”.





Tres ventajas iniciales esgrime: la elevada organización y gerencia de la delincuencia común, las conexiones casi inescrutables que edifican al Estado Criminal para garantizar la impunidad, y la opacidad de las cifras, aún tratándose de las muertes prematuras, violentas y callejeras. Además del consabido y perverso mecanismo de control social, ya no cabe duda alguna que el lumpemproletariado constituye el soporte por excelencia del régimen, faltando poco, también exportable en el cuadro de sus intereses estratégicos.

No hay ni puede haber una perspectiva marxista, marxóloga, marxistosa o marxiana del fenómeno, excepto que la escuela misma se convierta en objeto de estudio de la criminología. Desde el pranato hasta la boliburguesía, tensamos con facilidad un arco de análisis que abre la puerta maldita de la globalización y el tráfico ilícito en los más variados departamentos, por no abundar en otras de las manifestaciones como el terrorismo.

Veinte años atrás hubo demasiada estridencia en torno a la inseguridad personal que, hoy, teniendo incomparablemente mayores razones para la indignación, es acallada por la represión. La reorganización de los cuerpos policiales, la de la administración de justicia o del sistema penitenciario, volaron por los aires.

Manuel Quijada fue una figura estelar en la tan publicitada refundación de la justicia en Venezuela, y ya nadie recuerda. Contando con un criminólogo y penitenciarista del prestigio de Elío Gómez Grillo, fue desechado por un régimen que ha batido su propio récord en el campo de las violaciones de los derechos humanos.

Muchas veces, le hemos escuchado a David Morán sus advertencias sobre la somalización del país y sólo le agregamos que compagina con la propia somalización del marxismo generador de las mafias y de la violencia tribal. Está presente en cualquier estafa, asalto, secuestro, homicidio, casi lombrosianamente, hundido en el fascismo, que amerita del estudio pormenorizado del especialista que ha de encarar la cultura de la muerte a la que nos resistimos y, tarde o temprano, venceremos.