No solo es que Donald Trump impuso un bloqueo total a las propiedades del régimen venezolano en Estados Unidos, sino que como la gallina de los huevos de oro, es decir Pdvsa, quedó prácticamente exprimida en su totalidad, ahora los usurpadores empezaron a hacer suberticiamente negocio con el oro, los diamantes y demás minerales preciosos del estado Bolívar.
Las fauces de la corrupción de los usurpadores son gigantes y su apetito por devorar todos los recursos nacionales no posee límites; y eso aunado a que ahora la orden del mandatario estadounidense afecta “todos los bienes e intereses en propiedad del gobierno de Venezuela en Estados Unidos”, activos que ahora “no pueden ser transferidos, pagados, exportados, retirados ni manejados”entonces desde hace algo de tiempo, el régimen a través de sus socios, los guerrilleros colombianos, han creado un canal írrito de comercio de oro, que despoja a la nación de otra de sus riquezas.
Quienes se sostienen en el poder, no tienen miramientos, para llevarse el oro nacional y dejar a Venezuela aún más golpeada económicamente que antes.
Como ya se llevaron lo que estaba en el Banco Central de Venezuela, como ya desaparecieron los lingotes que estaban depositados, por canales legales, en la banca internacional, ahora emprendieron una “Minería del hurto” en Guayana.
A través de la minería ilegal, extraen las piedras preciosas y las comercializan a precio de gallina flaca en el mercado internacional, quedándose con ingestas cantidades de dólares que van a parar a engordar el patrimonio ilegítimo de unos cuentos enchufados.
El tráfico del oro, según los informes de inteligencia internacionales y por las propias declaraciones del quien fuese el director del Sebin, Cristopher Figuera, es sacado del país a mediante de puentes comerciales ubicados en Colombia y en las Antillas Neerlandesas.
Ante esta realidad, y en mi condición de diputado a la Asamblea Nacional, le he pedido a mis compañeros parlamentarios y a la justicia internacional iniciar una averiguación meticulosa con relación al robo descarado que desde las altas cumbres del poder están haciendo del patrimonio nacional, amén de la destrucción sistemática del ecosistema venezolano. Más ahora que Venezuela entró en el mismo grupo de Corea del Norte, Irán, Siria y Cuba siendo los únicos países sobre los que pesa una medida del mismo tipo.
Además, desde el Parlamento nacional, tenemos que exhortar al presidente de Colombia, Iván Duque, para que emprenda desde la hermana república, su propia investigación sobre el canal de tráfico de oro que pasa por tierras neogranadinas.
¡Ya basta! Ya basta que sigan desangrando a Venezuela, ¿no tienen suficiente con 20 años de saqueos? ¿No les han satisfecho dos décadas de pillaje institucionalizado? Esto demuestra nuevamente la necesidad de un cambio rápido en el país. Esto nos obliga a luchar por el cese de la usurpación y la instauración definitiva de un Gobierno de Transición Nacional.
Si queremos salvar a Venezuela, si queremos parar la corrupción de quienes usurpan el poder, si queremos evitar que el hambre siga golpeando los estómagos de miles de ciudadanos, entonces tenemos que dar un paso al frente y optar por la Ruta del Coraje, única forma de lograr el desalojo inmediato de los ocupantes del Palacio de Miraflores.
No podemos desmayar; no podemos ceder, es el momento de restearnos por la libertad del país.