Rubén Contreras López: La Guayra, Patrimonio Mundial de la UNESCO

Rubén Contreras López: La Guayra, Patrimonio Mundial de la UNESCO

Mirador del Castillo San Carlos en La Guayra | Foto Dadymar Cabeza

 

A Venezuela entre otras cosas se le conoce por una larga y extraordinaria lista de lugares naturales como el Archipiélago de los Roques, los Médanos de Coro, la Cueva del Guácharo, el Salto del Ángel, Roraima, La Gran Sabana, los Andes con su Pico Espejo, sus ríos Orinoco y Caroní, los llanos, la Isla de Margarita, las playas de Morrocoy y Mochima, por solo mencionar los más conocidos.

También cuenta con una gran variedad de lugares construidos por el hombre dentro de los que destacan la Ciudad Universitaria de Caracas (CUC) y Coro, ambos nombrados Patrimonio Mundial por la UNESCO demostrando lo grande de nuestro país. Así como Coro y la Ciudad Universitaria de Caracas, La Guayra es una ciudad que también puede ser declarada Patrimonio Mundial, luego de ser incorporada a la lista tentativa de la UNESCO el 03 de junio de 1999.





La Guayra ha sido declarada Patrimonio Cultural de Venezuela gracias a sus centenares de inmuebles históricos que datan desde la época colonial venezolana. Más de 400 casas se han mantenido en pie en el casco histórico dentro de las que destacan la Casa Guipuzcoana, la Casa Vargas, la Casa Boggio, la Casa Natal de José María España, la Catedral de La Guayra junto a la Ermita del Carmen, los Fortines El Vigía y San Carlos, el Polvorín y el Museo de la Fundación John Boulton, por solo mencionar algunos.

Este gran capital patrimonial requiere la atención e intervención de su comunidad y sus habitantes, del gobierno y los entes privados para que juntos puedan establecer un plan de rescate mancomunado y reconstruir toda su infraestructura física e inmuebles, que permita nominarla definitivamente ante la UNESCO para su nombramiento.

Cuando se propone reconstruir su infraestructura física, se hace con base en los principios básicos de rescate y restauración del patrimonio, porque es en los valores arquitectónicos de los inmuebles heredados del pasado, que reside la gran riqueza que se debe transmitir a las siguientes generaciones y para ello se debe usar el mejor criterio en el proceso de reconstrucción.

Este patrimonio arquitectónico cuenta con dos elementos importantes, el primero es el morfológico-espacial de sus edificaciones, y el segundo, el constructivo, constituido por los materiales que fueron empleados para levantar las edificaciones y que son imprescindibles para conservarlas sin caer en falsos históricos (asumamos por falso histórico la reconstrucción literal de un inmueble en un momento diferente al de su construcción originaria). Cada muestra arquitectónica o hecho constructivo debe representar el momento en el que se ejecutan para mostrar a las generaciones futuras el proceso vivido por un determinada civilización o sociedad, es allí donde reside la importancia de rescatar el patrimonio con el mejor criterio.

De manera general, este proceso de reconstrucción del casco histórico de la Guayra, debe estar comprendido por la investigación histórica, la conservación de los elementos con valor patrimonial de sus edificaciones, la limpieza o eliminación de los agregados sin valor cultural que se han añadido a muchos de sus inmuebles a lo largo del tiempo, y no menos importante, proteger y consolidar los inmuebles existentes, tanto de su deterioro como de sus posibles intervenciones sin el criterio técnico adecuado que puedan ocasionar la desaparición de los elementos históricos que la compongan.

Esta sería una primera etapa necesaria para abordar un proyecto que pide a gritos una ciudad con más de 400 años de historia y la cual es fundamental a lo fines de preservar su esencia para poder cumplir con su consagración como patrimonio mundial de la humanidad

El proceso para lograr el nombramiento de La Guayra Patrimonio Mundial es complejo, pero no imposible, cuenta con 5 pasos y ya hemos logrado el primero, estar en la lista tentativa y es importante porque el Comité de Patrimonio Mundial (World Heritage Committe) no puede considerar una nominación sino está incluida en esta lista.

La nominación es el segundo paso y queda en manos del Estado venezolano, pues como Estado parte de la Convención de Patrimonio Mundial debe elaborar y consignar un archivo “lo más exhaustivo posible” contentivo de la documentación, infografía, mapas, y toda información posible del Centro Histórico de La Guayra para ser consignado ante el Centro del Patrimonio Mundial (World Heritage Centre) para su evaluación.

Posterior a la nominación, el lugar pasa a ser evaluado por dos órganos independientes, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (The International Council on Monuments and Sites – ICOMOS) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (The International Union for Conservation of Nature – IUCN), los cuales proporcionan al Comité de Patrimonio Mundial la evaluación de sitios culturales y naturales. Asimismo, hay un tercer órgano asesor, el Centro para el Estudio de la Preservación y Restauración de los Bienes Culturales (Centre for the Study of the Preservation and Restoration of Cultural Property – ICCROM), encargado de brindar el asesoramiento experto sobre la conservación de sitios culturales y capacitación al Comité de Patrimonio Mundial.

El cuarto escalón se alcanza cuando el Comité Intergubernamental del Patrimonio Mundial recibe las evaluaciones y debe tomar la decisión final de inscribir o no al lugar nominado durante su única reunión anual para decidir los sitios que ingresarán a la lista del Patrimonio Mundial. También puede diferir la decisión en caso de considerarlo conveniente, a los fines de solicitar información adicional del lugar nominado.

Para alcanzar el nombramiento, según la UNESCO, los lugares deben tener un valor universal, excepcional y cumplir con uno (1) de los diez (10) criterios de selección, que en el caso de La Guayra es perfectamente nominable gracias a exhibir una muestra cultural del intercambio humano en un lapso de tiempo determinado, basado en elementos históricos, arquitectónicos, urbanos y ¿por qué no?, naturales por la relación de su batería de fortines militares desde la colonia con el cerro Ávila. Asimismo, La Guayra es una muestra importante de un asentamiento humano tradicional y su desarrollo basado en el uso de la tierra y el mar, representando así la interacción humana con el medio ambiente sobreponiéndose al impacto de la naturaleza a lo largo de su historia. Ambas afirmaciones, son dos de los criterios exigidos por la UNESCO para incluir a un lugar en la lista de Patrimonio.

La gestión para alcanzar el nombramiento de La Guayra como Patrimonio Mundial debe ser una tarea desinteresada y despolitizada, se deben reunir a los mejores profesionales y exponentes para elaborar un proyecto que no lo frene la burocracia, ni intereses particulares, ni de ningún índole. Los lugares nombrados más recientemente como Patrimonio Mundial han contado con la acción más genuina de las universidades de los Estados Partes, de sus académicos, de sus comunidades, de los profesionales comprometidos con esos lugares nominados y debe ser el ejemplo para que la meta no sea dilatada por protagonismos particulares.

Para ello se requiere mucho trabajo previo de todos los involucrados, del Estado y Gobierno para proveer las condiciones mínimas necesarias que permitan a La Guayra contar con los servicios básicos: agua, electricidad, internet de banda ancha, seguridad e infraestructura, entre otros; también debe simplificar sus gestiones para poder acelerar su transformación urbana y crecimiento comercial.

La comunidad y sus habitantes deben ser los principales motores de esta idea, porque además de ser los principales interesados, deben ser el espíritu que le dan vida para transmitir la riqueza histórica y única que posee La Guayra con sus más de 400 años; y no menos importante, una ciudad patrimonial debe contar con la presencia permanente de su gente para materializar el potencial turístico. El casco histórico ha sido y es cuna de músicos, artistas, devoción religiosa, familias de abolengo con largas tradiciones, entre muchas otras riquezas socio culturales.

Asimismo, La Guayra debe ser una ciudad de puertas abiertas a la iniciativa privada, que le permita a todos los emprendedores llevarla a ser una referencia turísticas nacional e internacional basada en los servicios que puede ofrecer desde la industria turística y comercial. El Caribe y la región están llenos de ciudades patrimoniales que basan su economía en el turismo a partir de sus puertos de cruceros, de sus posadas, hoteles, restaurantes, centros de artes, entre muchos otros ejemplos; La Guayra no debe ser la excepción, no solo para transformar la realidad socio-económica y cultural de su gente, sino para sentirnos orgullosos de un futuro brillante que reivindique un pasado único.

El nombramiento de La Guayra como Patrimonio Mundial, no solo es viable, es una deuda con ella, con nuestra historia y nuestro país, solo necesita la voluntad de todos para hacerla realidad, es tiempo ya de ponerle fecha y hora a esta tarea.

Rubén José Contreras López
Arquitecto