La mañana del viernes 9 de agosto, la rabia y la indignación embargaron a la ciudad de Mérida, tras los actos vandálicos perpetrados, esa madrugada, por adeptos de una tiranía que encarna los peores anti valores de la sociedad.
El rectorado de nuestra Universidad de Los Andes fue vilmente atacado; sus muros fueron cubiertos por amenazas e improperios color rojo, como fiel reflejo de la sangrienta era chavista, plagada de rencor y violencia.
Sin embargo, esta vez, al sentimiento generalizado de rabia e indignación no se le sumo la sensación de impotencia, esa que comúnmente sentimos ante las situaciones de injusticia e impunidad; por el contrario, surgió casi de inmediato la determinación inquebrantable de defender nuestra Alma Máter. Tras una convocatoria que logró aglutinar los esfuerzos de profesores, estudiantes, empleados y egresados de nuestra universidad, el día domingo 11 de agosto fue recuperada la fachada del Rectorado.
Esa es la Universidad de Los Andes, 234 años de gloria; de pie a pesar de los constantes y diversos ataques de una tiranía que no ha podido, ni podrá, destruirla; sus hijos somos garantes de ello.
El Espíritu Ulandino es indoblegable
¡Que viva la Serrana Altiva!