Grant Amato, de 29 años, de Florida, asesinó a sus padres y hermano después de robarles 160.000 libras para financiar su “relación” con su novia de chat sexual Sylvia.
Por The Sun
Traducción libre al castellano por lapatilla.com
Amato nunca había conocido a la chica de la cámara en carne y hueso, pero su figura perfecta en su habitación era suficiente para transfigurarlo como ninguna otra mujer lo había hecho antes.
Él prodigaba regalos de lencería y juguetes sexuales, que ella usaría en una cámara para que él babeara. Pero el problema era que su compra actual constante comenzaba a costarle una fortuna.
Peor aún, estaba desempleado, en bancarrota y aún viviendo en casa con sus padres. Aunque había sido enfermero, lo habían despedido por haber robado drogas.
Mintieron a la belleza webcam que era un hombre millonario
Pero a pesar de todo esto, le dijo a Slyvia que era un jugador profesional, que era dueño de su casa y conducía un BMW. Sin trabajo y sin ninguna forma de financiar su relación de fantasía, comenzó a robar a su propia familia.
A sus padres les robaron alrededor de 120.000 libras incluido un préstamo contra su casa. Su hermano de 31 años, Cody, fue eliminado de otras 48.000 libras.
Pero eventualmente lo retumbaron y le ordenaron cortar los lazos con Sylvia, aunque no sin antes verse obligado a decirle la verdad; que estaba sin dinero y desempleado.
Forzado a romper el contacto
Sin embargo, generosamente, se le permitió regresar a la casa familiar si se sometió a un programa de rehabilitación de adicción al sexo y al sexo por Internet de 60 días.
Y después de eso tendría que conseguir un trabajo y devolverles el dinero. Pero debido a que creía que Sylvia era su novia real, pensó que estaba siendo hecho para romper con su verdadero amor.
Amato luego mató sistemáticamente a su “estilo de ejecución” familiar el 24 de enero. Su madre, Margaret, de 61 años, fue la primera en ser asesinada a las 4:45 p.m. Fue descubierta muerta boca abajo en el escritorio de su computadora. Luego, Amato asesinó a su padre Chad, de 59 años, después de que llegó a casa del trabajo.
Pasarían cuatro horas antes de que Cody regresara, solo para encontrarse con un destino espeluznante similar al de sus padres. La policía lo rastreó poco después en un hotel en Orlando. Desde entonces, ha sido condenado y encarcelado de por vida sin libertad condicional después de haberse ahorrado la pena de muerte.