Los cuidadores de casas, el nuevo empleo que prospera en el país por el miedo a perder sus propiedades

Los cuidadores de casas, el nuevo empleo que prospera en el país por el miedo a perder sus propiedades

Isabel gana entre US$5 y US$7 mensuales y trabaja 10 días al mes. El salario mínimo en Venezuela actualmente es el equivalente a US$2 mensuales. (foto Norberto Parfedes)

 

“Se ve que fue bonita en una época lejana… muy lejana”, bromea Isabel mientras limpia apresuradamente el grueso polvo de la superficie de la cocina de una propiedad cuyos dueños salieron de Venezuela hace cinco años.

Por Norberto Paredes / bbc.com

Isabel viene a esta casa cada 15 días y en cada visita la encuentra “de mal en peor”. “Dan ganas de salir corriendo. Cada vez que vengo se me hace más difícil limpiarla, pero necesito el dinero y actualmente en este negocio se gana un poquito mejor que en otros”, confiesa.

Esta antigua maestra de escuela es una de los muchos venezolanos que en los últimos tiempos se han aventurado a un nuevo negocio en pleno apogeo: cuidar casas de los propietarios que han abandonado el país en los últimos años.

Ella gana entre US$5 y US$7 diarios y trabaja 10 días al mes. “Hago más que muchos profesionales, que muchas personas que pasaron años y años en una universidad. Pero igual este dinero no me alcanza para nada. Todo está muy caro en este país”, lamenta esta madre de familia que no quiso ser identificada.

Prender luces para evitar invasiones

Sin embargo, para la mayoría de los emigrantes venezolanos la opción más viable económicamente es dejarles las llaves a un familiar o a un vecino.

Luisa* es una caraqueña que vive en un barrio en el sureste de la ciudad cuyo edificio se encuentra “prácticamente desocupado”. “El apartamento de al lado que tiene 60 metros cuadrados estuvo vacío por 4 años. Una vecina bajaba todas las noches a prender las luces y luego volvía en las mañanas a apagarlas”.

Ella explica que muchos propietarios utilizan esta técnica para evitar que sus casas sean invadidas o expropiadas. “Mi mamá tenía varios apartamentos en Caracas. Uno se lo expropió el gobierno y otro fue invadido”, recuerda.

Para leer la nota completa pulse Aquí

Exit mobile version