La calma vuelve a Irak tras cinco días de protestas y más de cien muertos

La calma vuelve a Irak tras cinco días de protestas y más de cien muertos

Photo:  AHMAD AL-RUBAYE / AFP, 05/10/2019, Bagdad (Irak).

 

Las calles de Bagdad han regresado a la calma después de cinco días de numerosas y violentas protestas por la falta de servicios públicos y empleo, además de otros problemas crónicos, como la corrupción, que se han saldado con 104 personas muertas y más de 6.100 heridas.

Esas víctimas mortales, la gran mayoría manifestantes y ocho miembros de las fuerzas de seguridad, van a ser consideradas “mártires”, por lo que sus familias recibirán una pensión mensual vitalicia, además de tratamiento médico para los 6.107 heridos, entre los que hay 1.241 agentes, según el Ministerio de Interior.





Esta es una de las medidas adoptadas por el Gobierno iraquí para calmar a la calle y controlar la situación, un año después de que el primer ministro, Adel Abdelmahdi, asumiera el cargo.

Entre las decisiones que buscan desactivar las protestas por el desempleo, el Ejecutivo ha aprobado una ayuda de 175.000 dinares iraquíes (unos 150 dólares) durante tres meses para 150.000 desempleados y personas sin posibilidad de trabajar.

También habrá un programa de formación para 150.000 desempleados, que van a recibir otra “donación de 175.000 dinares”, que les permitirá entrar en una bolsa de trabajo para ser contratados por empresas que invierten en Irak.

Todavía es pronto para saber si este paquete de medidas será suficiente para satisfacer a los manifestantes, pero, de momento, hoy sólo se han registrado limitadas protestas en Bagdad, en el barrio de Ciudad Sadr, una zona de población mayoritariamente chií y feudo del clérigo Muqtada al Sadr.

El carismático líder político y religioso, que ha pedido la dimisión de Abdelmahdi, había liderado otras olas de protestas en los años pasados, pero en esta ocasión la explosión en las calles parece ser espontánea y sin un liderazgo político, y canalizada a través de las redes sociales.

Por ello, el acceso a internet se ha visto bloqueado en casi todo el país en los pasados días, tras el estallido de las protestas el martes, y según NetBlocks, una plataforma global que supervisa la censura en la red, este domingo la conectividad es tan sólo del 27 % en todo el país.

También han sido atacados algunos medios de comunicación, según el Ministerio de Interior, incluidos tres canales de televisión locales y la cadena regional Al Arabiya, con sede en Emiratos Árabes Unidos y con una línea editorial próxima a las monarquías suníes del golfo Pérsico.

Las protestas también han dejado 51 edificios gubernamentales y privados quemados, así como ocho sedes de partidos políticos y 52 vehículos, incluidos algunos de las fuerzas de seguridad, según el portavoz de Interior, el general Saad Maan.

Ayer tuvieron lugar las primeras reuniones entre representantes del Ejecutivo y de los manifestantes, y hoy el presidente del Parlamento, Mohamed al Halbusi, se reunió con algunos interlocutores, cuyos nombres y afiliación no ha sido revelada.

Un activista de la sociedad civil, Mahmud Musa al Yabbari, de 53 años, dijo a Efe que esos delegados “no representan a la multitud furiosa” que ha estado manifestándose en los pasados días, integrada por “los pobres, desempleados e indignados”.

“Los que están en las plazas no conocen” a los que están negociando en su nombre, agregó y criticó que “algunos de los interlocutores tienen un tono de apaciguamiento y no quieren identificarse”.

“La mayoría de los manifestantes son jóvenes y funcionarios, en cuyos rostros se nota el cansancio, la sed y la piel quemada por el sol”, remachó.

El activista y funcionario estatal consideró que “el objetivo del encuentro es absorber la indignación de la calle”, pero el Gobierno “ha recurrido al truco del encuentro con representantes de los manifestantes para parchear la situación”.

A través de las negociaciones o de las concesiones económicas, las autoridades han conseguido detener las protestas en las calles este domingo, aunque es muy difícil que Bagdad pueda solucionar de la noche a la mañana las causas del malestar social que desde hace años lleva a los iraquíes a manifestarse de forma cíclica.

EFE