La otra cara: “Maduro es un billete de quince” por José Luis Farías

La otra cara: “Maduro es un billete de quince” por José Luis Farías

José Luis Farías @FariasJoseLuis

En visible estado de desesperación Nicolás Maduro ha dicho: “Si el gobierno de Noruega se mueve para convocarnos a reiniciar la exploración de diálogo con el otro sector de la oposición, nosotros iríamos inmediatamente”.

Pero su exasperación no equivale a sinceridad, franqueza, honestidad. No señor. No permitamos que nos confunda. Sigue siendo el mismo ser sin escrúpulos que convirtió al país en tierra de Hades.

Son palabras del mismo personaje que le dio una patada a la mesa el 8 de agosto pasado tras la aplicación de nuevas sanciones de parte de EE.UU., quien intenta regresar de nuevo a la negociación luego de que Putin en persona le ordenara volver a Oslo.





¿Ahora bien, solo es un gesto más de cinismo, es una nueva trampa, o más bien la postura de un sujeto colapsado que cumple irremediablemente una orden, atormentado por saberse perdido?

Maduro busca una tabla de salvación y se va a aferrar a lo que sea. En su ahínco Maduro miente y mentirá hasta el cansancio, seguirá repetitivo e incapaz de hablar con naturalidad y seriedad.

Sus palabras son falsas, está temeroso, no desea perder el escaso poder que lo sostiene. Es alguien afanado de encontrar un arreglo por salvarse de la justicia.

Y resalta su idea central: “Estamos listos para acudir a cualquier convocatoria que el gobierno de Noruega haga para reiniciar la exploración. Hoy mismo estamos listos; si dependiera de nosotros lo hiciéramos ya. Es más, lo hiciéramos en Venezuela”.

Sin embargo, Maduro no deja atrás la prepotencia ni abandona su condición de hombre frenético. Ni siquiera cuando simula cordialidad y buena disposición puede esconder que es un personaje continuamente altanero y rabioso .

Es así como dejó caer que ese encuentro puede ser “Con presencia del mundo entero. El único que nos parece que no debe venir es la basura de Luis Almagro, pero el resto es bienvenido”.

En Maduro todo es falso, su única defensa es agredir y acusar a los demás de sus propios errores, por eso pide investigar a Juan Guaidó en tanto persigue y encarcela a parlamentarios y demás dirigentes de oposición.

La trampa salta a la vista, cuando expresa sus consideraciones destaca su manipulación: “Tenemos una mesa nacional de diálogo con amplios sectores de la oposición donde participan tres excandidatos presidenciales de la oposición (Fermín, Falcón y Bertucci) más de 7 partidos de oposición y significan el 40 % del voto de la oposición según las encuestas”.

Llega hasta afirmar que los delegados de Guaidó se habían comprometido para pedir el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos, “pero no cumplieron”. ¡Vaya desparpajo!

Se descubre en su rostro la mirada fija de quienes acostumbrados a mentir buscan hipnotizar más que convencer de cuanto dicen. Aunque si usted le presta algo de atención descubrirá a un sujeto tenso, rígido, completamente tieso en sus apariciones públicas, paralizado por su desconcierto.

Así, mientras en su gestualidad se descubre un personaje dominado por el nerviosismo, de mirada de desquiciado, de movimientos torpes, en las palabras de Maduro también se descubren su incoherencia y contradicciones.

El Maduro que por un lado se burla de las sanciones y ha dicho sentirse “orgulloso” de ser sancionado por el imperio, por el otro clama porque se las quiten y advierte que esa será su principal petición si Noruega vuelve a convocar la negociación.

Esta semana que culmina Maduro dijo todo tipo de sandeces, pero si alguna de ellas mostró con absoluta claridad su desvarío fue cuando, al comentar la supuesta renegociación de la deuda externa que estarían adelantando Delcy y El Aissami, afirmó que las sanciones norteamericanas al impedir las transacciones con su régimen “en los bancos del mundo” los convierten en sus principales víctimas.

“El principal obstáculo lo ha presentado Donald Trump. Si algún día pudiera darse un proceso de negociación entre Donald Trump y Nicolás Maduro el primer tema que yo pondría sería que los primeros perjudicados son ellos por las sanciones bancarias, que nos impiden hacer transacciones con el sector monetario de occidente”.

Por si faltaba algo, Maduro rebosó el vaso cuando aseguró que cuenta con los recursos y está buscando formas para pagar pero no han podido cancelar por estos bloqueos. Y que un ejemplo de ello es que está “al día” con Rusia y China. ¡Válgame Dios! ¡Es un billete de quince!