Funcionarios del régimen de Maduro están en Argentina para participar de una competencia de tiro

Funcionarios del régimen de Maduro están en Argentina para participar de una competencia de tiro

Juan Llabot, Francisco Vigil, David Bento y Wilmer Apóstol

 

Wilmer Apóstol es el competidor 5206 de la Latin American Handgun Championship 2019, la competencia latinoamericana de tiro práctico. Está en Buenos Aires desde los primeros días de octubre y ya se lo vio comiendo asado en un local de la Costanera con sus compañeros de comitiva, Francisco Vigil, David Bento y Juan Llabot. Apóstol, Vigil y Bento forman parte del régimen de Nicolás Maduro y están ligados de manera directa o indirecta al aparato represivo de la dictadura, el mismo que perpetró las 6.800 ejecuciones extrajudiciales que denunció Michelle Bachelet en su informe como Alta comisionada para lo derechos humanos de la ONU. Sobre Llabot, en cambio, no hay evidencias de que pertenezca a la dictadura, pero sí es parte del grupo.

Por infobae.com

Vigil es el competidor 5204, Bento el 5233 y Llabot el 5205. Junto a Apóstol, aparecen compartiendo mesa en un restaurante de Buenos Aires en la foto que ilustra este artículo.

Wilmer Apóstol es el más público de la comitiva. Además de ser el vicepresidente de la Federación Venezolana de Tiro Práctico, es el director de Grupo de Respuesta Inmediata y Custodia del Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario de Maduro. Es la mano derecha de Iris Varela, la ministra chavista de Cárceles. Juntos, Varela y Apóstol, manejan la gran industria mafiosa del “pranato” en las temibles cárceles venezolanas.

Pran fue originalmente un acrónimo -“PRAN: preso rematado, asesino nato”-, pero con la llegada de Varela al Ministerio, hace casi una década, estos líderes carcelarios han ido ganando mayor poder dentro y fuera de los penales, porque también son mano de obra para los grupos de tarea de la dictadura. Se trata de reclusos que imponen las leyes de la prisión, poseen armas y viven con lujos mientras los demás están hacinados, sin comida y no tienen siquiera una letrina.

Apóstol es el segundo al mando del Ministerio y en la práctica es el director de prisiones, lo que hace que tenga contacto directo con los pranes.

Wilmer Apóstol e Iris Varela

 

Vigil y Bento, son menos públicos. Ambos son “entrenadores personales” de otro personaje del aparato represivo chavista muy conocido: Remigio Ceballos, al mando del sistema de control del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb). Este comando es el máximo órgano de planificación, programación, dirección, ejecución y control estratégico operacional conjunto de la fuerza armada de Venezuela, depende directamente del Presidente de la República.

Remigio Ceballos

 

El jefe de Vigil y Bento -que competen en las categorías “Super Senior” y “General”, respectivamente- ha ocupado diferentes cargos dentro del régimen: fue director de Investigación, Entrenamiento y Doctrina del Segundo Comando y Jefatura del Estado Mayor del Comando General de la Milicia Bolivariana, comandante de Infantería de la Marina Bolivariana del Comando Naval de Operaciones de la Comandancia General de la Armada Bolivariana y viceministro para Planificación y Desarrollo de la Defensa del Ministerio para la Defensa hasta julio de 2015.

La última aparición pública de Ceballos fue para desafiar al mundo al frente de los ejercicios militares ordenados por el dictador entre el 10 y el 28 de septiembre pasado. Casi de manera irónica, Maduro bautizó a esas maniobras como “Ejercicios Militares Venezuela, Soberanía y Paz 2019”.

Remigio Ceballos, Nicolás Maduro y Vladimir Padrino López, el ministro de Defensa chavista

 

Vigil y Bento, además, serían instructores de las dos fuerzas represoras más sanguinarias de la dictadura: el Sebin y la DGCIM.

El Sebin es el servicio secreto chavista, su sede está en el Helicoide, un enorme edificio en espiral en el centro de Caracas, construido originalmente como centro comercial a finales de la década de 1950 y que desde entonces se ha convertido en en el centro de tortura chavista. Este año, el Sebin intensificó sus ataques sistemáticos contra figuras de la oposición, deteniendo al jefe de despacho del presidente interino de Venezuela Juan Guaidó, Roberto Marrero, al congresista Gilber Caro y al vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, el último de los cuales fue remolcado por el Sebin en su automóvil hasta la sede de la organización después de negarse a entregarse.

La Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) investiga a las propias fuerzas armadas y a sus oficiales. En la práctica, los ciudadanos acusados de espionaje o traición suelen ser detenidos por el Sebin, mientras que la DGCIM busca a los militares sospechados de delitos similares. En los calabozos de la DGCIM fue torturado y asesinado Rafael Acosta Arévalo, sólo un día después de que Bachelet dejara Venezuela. La causa de la muerte fue “edema cerebral severo debido a insuficiencia respiratoria aguda, debido a rabdomiólisis por politraumatismo generalizado”… Lo mataron a golpes.

Vigil es también el presidente de la Federación Venezolana de Tiro práctico desde 2009 y tiene mandato vigente hasta 2021. La sede de la Federación está ubicada dentro de las instalaciones del Polígono Nacional el Libertador del Fuerte Tiuna, en Caracas. El Fuerte Tiuna es un complejo militar que alberga en su interior a la sede del Ministerio de la Defensa, entre otras entidades militares. Pero en los últimos tiempos su rol cambió profundamente. Primero, se convirtió en una prisión de máxima seguridad para algunas figuras clave de la oposición que fueron encarceladas por el régimen de Nicolás Maduro. El último caso es el del vicepresidente del Parlamento, Edgar Zambrano, que fue liberado hace unas semanas después de 135 días de calvario. Ahora, también funciona como refugio para el dictador y para las principales figuras del gobierno

Apóstol, Vigil y Bento, aparecen en la foto con Juan Llabot, también venezolano, pero sobre quien no se le conoce vínculo oficial con la dictadura. Los cuatro estarán en Buenos Aires por lo menos hasta el 13 de octubre, cuando termine la competencia.

El campeonato se lleva a cabo en el predio de Tiro Federal, en la avenida Udaondo 1860, frente al estadio de River. Los amantes de esta disciplina explican que es la “más dinámia dentro del tiro deportivo”. Porque a diferencia de los tradicionales deportes de tiro de precisión, aquí se usan armas cortas y tratan de impactar una variedad de blancos de tiro mientras se desplazan con extrema seguridad a través de distintos escenarios. Los grupos de élite militares y policiales suelen recurrir a esta disciplina como entrenamiento.

El objetivo es que en el menor tiempo posible los tiradores resuelvan con la mayor precisión los desafíos que se le plantean en cada competencia. En el tiro práctico se le dispara a blancos, metales, platos, blancos móviles, desde las posiciones de tiro más variadas: atravesando puertas o túneles, desde arriba de un vehículo o desde una plataforma en movimiento. “¡Usted nunca disparara dos escenarios iguales!”, prometen en el sitio web oficial de la Federación de Tiro Práctico de Argentina.

En la Latin American Handgun Championship 2019 participan 720 tiradores de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Puerto Rico y, como los funcionarios del régimen chavista, también venezolanos. Para participar, los competidores deben ser aprobados por las federaciones locales, presentar permiso de portación de armas y pagar los 350 dólares de la inscripción.

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