Vicente Brito: ¿Hasta dónde alcanza la desmejora social y sus responsables?

Vicente Brito: ¿Hasta dónde alcanza la desmejora social y sus responsables?

El presidente de la Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución, Vicente Brito

 

 

 





Se hacen evidente las serie de desmejoras que hemos tenido durante estos 20 años de ejercicio de poder de un proyecto político, donde el estado concentro para si casi todos los medios de producción y el control total de la economía, cuyo objetivo fundamental anunciado era lograr la mayor suma de felicidad de los Venezolanos, al estar en manos publicas la gran mayoría de las empresas y medios de producción, por esta vía se lograría que los artículos que ellas producen serian de menor precio y mejor calidad, al acabarse con los monopolios privados que subían precios y desmejoraban el poder adquisitivo de los consumidores.

Por: Vicente Brito

En poco tiempo observamos con estupor como todas las principales empresas y tierras del país pasaron a mano del gobierno. El sistema eléctrico, acero, cemento, hierro, aluminio, pesca, casi todas las mejores fincas, hatos, haciendas, productoras de pollo, procesadores de leche, mataderos, frigoríficos, productoras de aceite vegetal, molinos de trigo, arroceras, harina de maíz. Se estima que mas de 1.500 empresas vinculadas a la producción pasaron a manos publicas, así como unas 15.000 fincas, hatos y haciendas, un total estimado de unos cinco millones de hectáreas fueron tomados o invadidos en la guerra contra el latifundio.

Los resultados obtenidos han sido antagónicos al interés nacional y causantes de una compleja degradación social en las familias al observarse como pasamos de ser un país que producía casi todos sus alimentos, a ver con tristeza como hoy se importa la mayoría de estos alimentos como productos terminados de otros países, con las complejas consecuencias en la perdida de calidad de vida, desmejoras evidentes en el consumo, perdida del ingreso real o poder adquisitivo con una caída estimada de mas de un 80% al compararlo con los niveles de 1998, con el resultado de que las familias tienen grandes limitaciones para poder adquirir sus necesidades en: alimentos, medicinas, ropa, zapatos, repuestos para reparar un electrodoméstico o vehículo, cauchos,etc..

Nunca los venezolanos nos imaginamos hasta donde nos llevaría la aplicación de un modelo que solo nos ha causado calamidades y desmejoras evidentes en nuestra forma de vida. Pasamos de ser uno de los países con crecientes mejoras sociales en alto ingreso per capita, elevado poder adquisitivo, buenos servicios públicos, elevados niveles en calidad de los servicios de salud. A uno que ocupa los últimos lugares en desarrollo humano. El ejemplo lo tenemos más evidente en que antes se podía adquirir sin mayores dificultades electrodomésticos, mobiliarios para la casa, un vehículo o una vivienda con financiamiento bancario, a una situación actual donde resulta imposible adquirirlos.

Actualmente observamos como no solo las desmejoras se observan en la perdida del poder adquisitivo, igual sucede en las fallas eléctricas, agua, gas, gasolina, deterioro del sistema vial urbano, carreteras, autopistas, manejo de la basura, dificultades para renovar una cédula, una licencia para conducir, etc. Cuando hace años éramos considerados de los países de la región con mejor infraestructura vial, servicio eléctrico, agua y los organismos públicos daban un servicio adecuado.

Una de las razones principales de nuestra actual situación es el proceso hiperinflacionario que nos empobreció a niveles nunca imaginado, donde nuestras familias están sometidas a grandes dificultades y limitaciones para poder sobrellevar y cubrir aunque sea parte de sus necesidades más elementales. Lo que resulta evidente es el fracaso del modelo aplicado al observarse con pena el abandono y desmejoras de todas las empresas públicas y tierras ocupadas. Lo cual es la causante de la caída de la producción nacional.

La degradación de los índices sociales se hace evidente en todos los distintos sectores de la población. ¿Hasta donde llegaremos?