Los presidentes actuales de este continente deben comprender bien al enemigo al cual se enfrentan. El tiempo de hacerse la vista gorda solo por conveniencia o por ganar votos se acabó.
La amenaza de desestabilización de la región e intento de toma del poder por asalto proveniente de dictaduras de extrema derecha o de extrema izquierda, es tangible y evidente. Es por eso, que los verdaderos estadistas tienen el deber impostergable de pensar y actuar en función de garantizar el futuro de sus pueblos.
Los gobernantes democráticos de Latinoamérica deben dejar de pensar en la inmediatez y las soluciones momentáneas (“paños calientes”). La visión a largo plazo involucra tomar decisiones para evitar que factores extremistas y no democráticos, tomen el poder. Y esas decisiones implican resguardar y educar a la población ahora.
Si los gobiernos democráticos No toman el control lo harán los militares y los hay de izquierda y de derecha. Este es el peligro. Durante los años 50 Cuba y Venezuela fueron ejemplos de dictaduras de izquierda y derecha. Venezuela pasó de la derecha al bipartidismo y Cuba se quedó en la Izquierda genocida, corrupta y narcotraficante del continente. De no tomar los correctivos, volverán las dictaduras Militares.
Si los Presidentes democráticos de esta región no actúan de manera que puedan conservar el Estado de derecho de sus pueblos estarán condenando a sus ciudadanos a repetir la historia de Latinoamérica con gobiernos o regímenes Militares de derecha y de izquierda, acabando con la democracia.
La inseguridad personal y jurídica, el clientelismo burocrático, el incremento del gasto público y las dádivas populistas son los factores que esclavizan a los pueblos.
La dictadura militar típica en América Latina es dirigida por una junta o un comité integrado por la dirección del Estado mayor de los militares. Así fue como ocurrió en Argentina, entre 1976 y 1983, en Uruguay entre 1973 y 1984, en Chile entre 1973 y 1990, Bolivia, entre 1971 y 1978, en Paraguay, desde 1954 hasta 1989, República Dominicana, desde 1930 hasta 1961, Perú, desde 1968 a 1980, Ecuador, desde 1972 hasta 1976. Colombia, entre 1953 y 1957, Nicaragua entre 1936 y 1956, Brasil desde 1964 hasta 1985, Venezuela, entre 1953 y 1958.
Le hago un llamado a los Presidentes: no es momento de permitirse ser blandos sino de proteger y garantizar el futuro de todos sus ciudadanos y la estabilidad de las naciones.