Los retos de la nueva presidenta Áñez en una Bolivia todavía convulsa

 

La nueva presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez, comenzó este miércoles a estructurar su gabinete, que deberá enfrentar como reto inmediato la pacificación del país y la convocatoria de elecciones, mientras las protestas contra su designación continúan.





Los seguidores de Evo Morales realizan protestas en algunos de sus bastiones como El Alto, ciudad vecina a La Paz, y el Chapare, cuna política en el centro del país del exmandatario boliviano, quien se asiló en México tras renunciar el domingo tras tres semanas de protestas por su cuestionada reelección y perder el apoyo de las Fuerzas Armadas.

Tropas militares intentaban este miércoles evitar el cierre de la ruta entre Santa Cruz (este) y Cochabamba (centro), en un puente de Yapacaní, cabecera de entrada al Chapare.

Unos 3.000 partidarios de Morales marchaban a La Paz, centro político del país, desde El Alto, para manifestarse en contra de Añez, denunciando un golpe de Estado contra el exmandatario y en defensa de la ‘whipala’, la bandera símbolo de los pueblos indígenas bolivianos, afrentada en días anteriores por policías.

Los seis sindicatos cocaleros del Chapare llamaron a partir de este miércoles “a nivel nacional, a una contundente movilización” para que Morales pueda retornar al país “porque está en el tiempo de su mandato constitucional hasta el 22 de enero de 2020”, según Andrónico Rodríguez, líder de los cocaleros.

Desde México, Morales dijo el miércoles que estaba dispuesto a regresar a “pacificar” su país si los bolivianos se lo piden.

– Nuevo órgano electoral –
Un vocero de Añez, el senador derechista Arturo Murillo, dijo a periodistas que el nuevo gabinete podría estructurarse inicialmente en “los cargos más importantes” de ministros de “Defensa, Gobierno (Interior) y Finanzas”, que “no pueden dejar de funcionar”.

“Espero que hasta la noche [del miércoles] tenga ya la claridad la presidenta” para designar a sus ministros, sostuvo Murillo.

Otra prioridad para el nuevo gobierno es formar un Tribunal Supremo Electoral (TSE) “probo e idóneo”, como planteó Añez, para llamar a nuevas elecciones.

La nueva presidenta, una senadora y abogada de derecha de 52 años, ha dicho que convocará a la brevedad a nuevos comicios presidenciales y legislativos.

Al asumir el martes, Añez había prometido acelerar los tiempos de manera que Bolivia cuente con nuevo gobierno el 22 de enero de 2020, pero las tareas para conformar las nuevas autoridades electorales y convocar a nuevos comicios podrían dificultar que se cumpla esa meta.

El gobierno debe llegar a un acuerdo con el Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales -mayoritario en ambas cámaras del Congreso- para designar los siete miembros del TSE (uno delegado del presidente y los otros seis nombrados por las fuerzas parlamentarias).

– ¿Cierre del Congreso? –
Una opción que analiza el nuevo equipo de gobierno -para esquivar al MAS- es el cierre del Congreso y comenzar a gobernar por decreto hasta que asuma el próximo gobierno, dijo a la AFP una fuente que pidió el anonimato.

“Se gobernaría a través de decretos supremos y resoluciones supremas”, incluyendo para designar a las autoridades electorales, dice a la AFP el constitucionalista Marco Antonio Baldivieso, que formó parte de las protestas contra Morales, reconociendo que la opción “no es recomendable”.

En otra alforja, el abogado y académico Carlos Borth cierra rotundamente esa posibilidad. “Es absolutamente inconstitucional”, sostiene.

“El cierre del parlamento y las decisiones que tomen en ese marco van absolutamente en contra de la Constitución y no creo que sea el camino recomendable”, señala a la AFP. “Hay que encontrar la forma de concertar y de designar un tribunal”, postula.

“No podemos restablecer el estado de derecho violando toda la normativa constitucional”, dice, evocando la polémica elección de Añez, que se proclamó presidente interina en una sesión legislativa sin quórum reglamentario ante la ausencia de los legisladores del MAS.

Se tuvo que recurrir a “aplicar la sucesión constitucional sin cumplir algunas formalidades”, señala.

Sin embargo “la base constitucional (en la designación de Añez) existe”, pues “en momento de crisis había necesidad de adoptar una decisión política”.

AFP