Navidad que vuelve… entre rejas, por José Luis Centeno S

El Día de Santa Bárbara, el preso político Kamel Salame salió en libertad. Al anunciarle, “te vas pa´ la calle”, pensó, “los milagros existen”. Era inminente otro fin de año encarcelado, no existían motivos para esperar lo contrario, por eso vio como un prodigio que terminaran, aquel 4 de diciembre de 2018, 10 años de presidio, en los cuales la separación familiar se hacía más dolorosa y punzante en navidad.

Más que una consigna, “Navidad sin presos políticos”, es un anhelo compartido con un sinfín de familias afectadas por lo que se ha convertido en un flagelo en Venezuela, la privaciones de libertad por motivaciones políticas, prolongadas con el morbo destructor de consideraciones legales o jurídicas urgiendo el riesgo de no hacer nada mientras asesinan a una nación.





Navidad que vuelve… entre rejas para familias abrumadas por el absurdo de una administración de justicia desprovista de toda dignidad y moral, pero no por eso vencidas ni desalentadas en su empeño de contener la perversidad institucionalizada por la corrupción y miseria humana manifiestas en un “sistema judicial subyugado y timorato”.

La Dra. Jackeline Sandoval, al frente de la Fundación para el Debido Proceso (FUNDEPRO), es fuente de inspiración por la reciedumbre, probidad y temple con que ha superado años de desafueros sin abandonar su propósito de lograr la libertad de Rolando, Otoniel y Juan Guevara, que vienen padeciendo 15 años de injusta prisión con profundas e irreversibles secuelas en sus familias, acentuadas año tras año al negarles la dicha de la navidad en el seno del hogar.

La señora Carmen González, sin reponerse del secuestro y desaparición de su esposo, desde hace más de cuatro años firmemente exige a diario la libertad de su hijo, el joven preso político Antonio José Garbi González, enfrentada, juntos a sus otros hijos, familiares y amigos, a la paradoja de la inocencia agraviada con una pena aplicada por efecto de la supresión del juzgamiento de su hijo.

Recordando a Irene Olazo, esposa del Capitán Caguaripano; Mónica Santamaría, hermana de José Luis Santamaría, y Michelle Aguado, hija del doctor William Aguado, todas viviendo un exilio obligado, y teniendo presente a Anita Da Costa anunciando que su hermano Vasco no aceptará libertad alguna hasta que todas las personas de su causa sean liberadas también, la separación de sus familias en navidad adquiere connotaciones conmovedoras, sabiendo de los sinsabores que esta mala hora no cesa de traer a sus vidas.

En navidad la cárcel inrrumpe en la unión familiar de los presos políticos con su carga de contradicciones, lejos de ser devastadora, trae consigo, por inverosímil que parezca, la determinación y entereza que hacen posible el prodigio de las excarcelaciones en escenarios poco halagadores para luchar por la libertad.

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